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Canoísta se la juega por el cupo a Tokio

Dividiendo su vida entre el trabajo y los estudios, Andraz Echeverría pone sus fichas en decir presente en la cita de los cinco anillos que se celebrará a mediados del próximo año.
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Para nadie es sorpresa decir que la pandemia vino a cambiar los planes del 2020, pero en el caso de Andraz Echeverría, significó comenzar un camino nuevo. El joven canoísta, que se prepara para llegar a los Juegos Olímpicos de Tokio, ha sufrido las consecuencias que ha dejado el COVID-19, virus que lo dejó sin entrenador y lo obligó a poner en marcha todo un plan de acción con los objetivos más que claros.

"Al principio fue difícil porque no hubo apoyo de la federación, todos desaparecieron, así que continué con la motivación por las mías. Por otra parte, mi coach francés, que estaba viviendo conmigo se tuvo que devolver, así que me quedé solo varios meses", comentó Echeverría, agregando que el viaje de su entrenador por temas sanitarios, "fue una oportunidad para aprender otras habilidades que también me iban a servir para estar mejor preparado a la competencia".

Y es que los pocos apoyos pasan la cuenta, al menos el deportista se sinceró al decir que "estoy trabajando de forma independiente porque la federación de canotaje no es mucho lo que apoya, la rama de slalom es más pequeña, se va todo a aguas quietas, por así decirlo. Es porque es un deporte más pequeño, pero es olímpico, hay muchas chances de clasificar y estar ahí".

Herencia del abuelo

Pero detrás del sueño hay una historia y el slalom es parte de la esencia de la familia Echeverría. El abuelo de Andraz, fue uno de los impulsores de esta disciplina de la región desde la comuna de Los Andes. "La federación internacional en 1985 vino primero, el grupo americano lo contactó, le dejó botes para empezar a hacer este deporte con la idea de masificarlo. Él empezó, hizo escuelas, hace tiempo había harta agua en el río, no teníamos problemas de ahora. En mi caso, dos generaciones después, tomé la competencia con seriedad, me fue un poco mejor, comencé a ir al extranjero, estar con los mejores, ver la realidad del deporte en otros lados. Eso también me fue motivando para ir mejorando el nivel y querer avanzar", relató quien resultó sexto en la competencia de canotaje Slalom en los Juegos Panamericanos Lima 2019.

Y es que con los genes deportivos, la familia disfrutaba del río, pero con el pasar del tiempo, el futuro administrador comenzó a ver en el agua su verdadera pasión. "Fui dando varios pasos y ahora estoy muy cerca de entrar a los Juegos Olímpicos, fue por la constancia, por querer estar en el río. Además, tengo claro que las buenas y malas competencias quedarán en los recuerdo, enseñan mucho, si no sería todo muy fácil. Aprendo mucho de los errores y, afortunadamente, tengo paciencia y he trabajado la parte mental. No soy de esas personas que se frustran o que se enojan, siempre veo la oportunidad", aseguró.

El sueño de tokio

Más allá de las dificultades, el canoísta tiene su meta clara. Dice que no bajó la motivación en ningún momento por todo el camino recorrido, pese a las dificultades que vivió en las últimas semanas. "Tengo un sueño de ir a los Juegos Olímpicos. Siento que he avanzado tanto, que le he dedicado esfuerzo, tiempo, cariño y amor al arte, por así decirlo. Tanto sacarme la cresta entrenando que no podría botarlo así porque ya llevo demasiado tiempo y esfuerzo, siento que estoy súper cerca a pesar del poco apoyo", dice.

Pero para lograrlo, Andraz deberá disputar el panamericano fijado para el próximo mes de abril, donde llegará con la misión de superar a Argentina para meterse en la cita olímpica. Lejos de su coach francés para lograr la meta, debió ingeniárselas y hoy se apoya con un entrenador brasileño que él paga gracias a su trabajo de webmaster cuando, en paralelo, estudia administración de empresa con mención en Marketing.

"Mi coach francés estuvo el año pasado trabajando conmigo, quería seguir el sueño, prometí que si me ayudaba íbamos juntos a los JJ.OO. Lamentablemente las situaciones se dieron así, no fue culpa de nadie, el COVID hizo lo suyo. Ahora estoy con un técnico brasileño, que tengo que costearlo, pagarle y por ello también trabajo".

Hoy la meta es Tokio, pero no es la única. Santiago 2023 aparece en el horizonte y cierra la lista París 2024, que podría ser su segundo evento de los cinco anillos si es que además logra la clasificación a la cita que se llevará a cabo, extraordinariamente, a mitad del próximo año.

Sofía Navarro Martínez

deportes@strellavalpo.cl