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Magdalena Cañas (Maida K):

"La mayor parte de la población le tiene cariño y respeto a los murales"

La artista porteña acaba de pintar junto a Cardo "La moraleja" en la bajada Santos Ossa, el cual destaca por su contenido onírico.
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Marcelo Macellari C.

Bajando por Santos Ossa, en la entrada de Valparaíso, destaca "La moraleja", mural de 7x20 metros, ubicado en la Villa Hanga Roa. Se trata de una obra de Magdalena Cañas (@maidak_), una de las figuras más reconocidas del arte urbano en la región, que realizó en coautoría con Cardo (@cardo_maleza) y que fue producido por Valparaíso en Colores (@valparaiso.encolores), una ONG que ha intervenido espacios públicos y conjuntos habitacionales, a partir de propuestas de los vecinos.

Sobre el contenido de "La moraleja", Maida K explica que "si bien junto a Cardo tenemos nuestras lecturas con respecto a la obra, nos gusta la idea de incitar al espectador a que desarrolle su propio relato a partir del título 'La moraleja', los personajes oníricos y elementos metafóricos que componen la imagen. El mural pareciera ser una escena sacada de un libro de fábulas. El personaje principal con dificultad apoya la punta de su zapato sobre un piso que tambalea. Con su mano derecha apenas sostiene un cristal lleno de vida, mientras con la otra intenta mantener el equilibrio. A un costado la rana observa de brazos cruzados, el desenlace de la escena".

La inspiración para esta obra, según explica la artista, está en "el presente, el contexto. Luego de reflexiones acerca de los hechos que acontecen a nivel global, nos introdujimos en un imaginario mágico, en el que las mismas observaciones comenzaron a tomar color y forma".

El mural forma parte de una iniciativa más grande llamada Proyecto de Intermediación Cultural de la Seremi de las Culturas Valparaíso, con la producción de Valparaíso en Colores. Este consiste en 16 obras de arte en el espacio público, incluidos establecimientos educacionales y 23 talleres de Muralismo y Música .Todo esto a lo largo de Valparaíso, Viña del Mar, Quilpué y Villa Alemana.

"La idea es seguir expandiendo el arte al conjunto de edificios. Desde ya, se están haciendo las gestiones para que así sea. Los vecinos quedaron muy contentos con la iniciativa y están expectantes por ver su población llena de colores", dice Maida K, quien comenzó a pintar a los 15 años y estudió Arte en la Universidad Diego Portales.

Estética e identidad

Sobre sus otros proyectos, la cultora del arte urbano detalla que "acabo de terminar un mural en el Auditorio Guillermo Bravo, en el que junto a Simón de Madera hicimos un homenaje al estibador porteño, intentando plasmar un oficio de la memoria local del Cerro Cordillera a través de nuestra gráfica en un espacio comunitario. Este proyecto se sitúa dentro del marco del Proyecto Emerge, generado por la Seremi de la Culturas, producido también por Valparaíso en Colores. Su objetivo es contribuir en el rescate de la ciudad de Valparaíso, mediante mejoramiento de espacios abandonados a través del Arte, recuperación de fachadas patrimoniales y talleres de arte urbano".

Maida K reconoce que la pandemia afectó su trabajo, pero lo superó: "En un primer momento sí, ya que todo se paralizó. Con mayor razón para el rubro del muralismo, ya que era casi imposible trabajar en el exterior. Por otro lado, lo que tuviese que ver con arte y cultura, en ese momento era de última necesidad. Por lo mismo, entre colegas que vivimos en el mismo edificio, pertenecientes al colectivo Ambulante, organizamos un proyecto llamado Mural Habitante, que consistía en ciclos de murales en el muro de nuestro patio común y pequeñas cápsulas de entrevistas. Todo esto desde la necesidad de crear y continuar con la actividad artística en contexto de cuarentena. Finalmente este trabajo se viralizó y fue, más que nada, como un símbolo de resistencia, a pesar de las circunstancias. Con el pasar de los meses, pude sustentarme llevando mi gráfica a otros soportes como ilustraciones digitales para impresión de vasos, cuadros y venta de poleras. Ya al levantarse la cuarentena en Valparaíso, pude salir nuevamente a pintar a la calle y retomar proyectos que estaban pausados".

Para Maida K "el muralismo otorga un valor estético a la ciudad. Esa es la forma. En el fondo, podemos identificar un montón de repercusiones positivas a nivel identitario y social de la población y la comunidad de cada sector. Por otro lado ayuda al turismo, lo que es favorable también para el desarrollo de la economía de la ciudad". Y agrega: "Podría decir que la mayor parte de la población le tiene respeto y cariño a los murales. Aun así, está claro que nunca faltan aquellas personas que pasan a llevar la dedicación y tiempo invertidos en una pieza de arte. Ya sean graffiteros toys, que no entienden de códigos, o bien, ciertas manifestaciones de censura de grupos organizados de extrema derecha, que han ocurrido sobre todo el último año. Más allá de eso, se sabe que el espacio público es un terreno en disputa todo el tiempo, una vitrina de expresión y manifestación".