Alastrim, la viruela benigna
Se trata de una forma de la peligrosa enfermedad de menor daño y mortalidad. Los infectados por este mal obtenían inmunidad frente a la viruela, que desapareció del planeta oficialmente el 8 de mayo de 1980.
Por Juan Guillermo Prado
Al finalizar el año 1949, se informó que en la zona sur, en la región fronteriza con Argentina, había surgido un brote de viruela causado por personas que la habían contraído en el país trasandino y, cruzando por pasos cordilleranos, habían transmitido la enfermedad en nuestro país.
El doctor Enrique Laval publicó en el año 2000 un trabajo denominado "Cincuentenario de la última epidemia de viruela en Chile". Allí relata: "Entre las cadenas epidemiológicas estudiadas se mencionó la de un indígena que vivía en la región fronteriza de la provincia de Malleco y que se dirigía a la zona argentina colindante donde estuvo en contacto, según sus propias palabras, con personas que presentaban 'granos en la cara y en el cuerpo'. A su regreso, enfermaron su padre de 80 años, que falleció, y otras once personas de su familia. El mismo indígena, en pleno período de evolución, hizo dos viajes al interior de la provincia y contagió a los individuos que tuvieron contacto directo con él, diseminando así paulatinamente la enfermedad entre la población indígena cordillerana".
Agrega que otra cadena la inició "un arriero argentino que entró al país por un paso cordillerano de la provincia de Talca, alojándose en la casa de un inquilino de una hacienda". Presentó allí los primeros síntomas. Sin embargo, continuó su viaje hasta un campamento industrial donde originó más de 150 casos".
Formas de Contagio
La peste se extendió a Santiago y Talca en marzo de 1950. Los análisis médicos concluyeron que se trataba de un cuadro de viruela menor, llamada alastrim. Como en la viruela, el contagio se debe a inhalación del virus en el aire, siendo la forma más frecuente de contagio la relación cara a cara, como el estornudo o la tos. Esta enfermedad también se puede extender a través de objetos o fómites. Hay algunos factores por los cuales las bacterias de un objeto se pueden transmitir a una persona, como la temperatura y la humedad de la habitación y la porosidad del objeto.
La infección por alastrim confirió inmunidad contra la viruela. Aunque tiene el mismo período de incubación y etapas patogénicas que esta enfermedad, se cree que tuvo una tasa de mortalidad de menos del 1%, en comparación con el 30% de la viruela.
El 17 de abril la autoridad sanitaria reconoció que no habría existido epidemia si se hubiera cumplido la ley de vacunación, sosteniendo que no se habría registrado ninguna defunción por esa causa.
En 1918, el Código Sanitario había establecido la vacunación obligatoria contra la viruela para toda la población en su primer año de vida y su revacunación en el décimo y vigésimo año.
La provincia de Malleco fue la zona donde hubo más enfermos. Al respecto, el diputado radical Julio Sepúlveda Rondanelli, en sesión del Congreso, el día 25 de abril de 1950 expresó: "La provincia de Malleco ha sido la más afectada, entre todas, por la epidemia de viruela benigna o alastrim. De 2.889 casos de viruela benigna que se han registrado en el país, la prensa de hoy anota que únicamente 53 corresponden a la provincia de Santiago y 907 a Malleco, que es la región dónde este mal ha hecho más víctimas. ¡Y cómo no va a ser así si en comunas de más de 3.500 habitantes, como Renaico, aún no se cuenta con servicio de agua potable! También carecen de él Ercilla y Lumaco. Y en Purén se encuentran paralizadas desde hace más de un mes las obras de instalaciones domiciliarias. También en pueblos de mayor número de habitantes, como Curacautín y Angol, barrios enteros justamente los más populares, carecen del todo de este elemental servicio".
También hubo enfermos en las provincias de Concepción y Talca. Los casos registrados fueron superiores a las tres mil personas, pero se cree que los infectados fueron más ya que las primeras denuncias correspondieron a Lonquimay y Curacautín, donde las condiciones de control epidemiológico eran muy precarias y desde allí el mal se propagó al resto del territorio nacional.
Un Discurso Presidencial
Sin embargo, el gobierno tomó rápidas medidas para contener el mal. El 21 de mayo de ese año, en el Salón de Honor del Congreso Nacional, Gabriel González Videla, Presidente de la República en la época, en el mensaje donde dio cuenta del desarrollo del país se refirió a la epidemia: "En el curso de 1950 se desarrolló en el país una epidemia de alastrim, forma benigna de viruela, que tuvo su origen en algunos casos llegados de Argentina por fronteras no protegidas sanitariamente en la región sur del país".
Prosiguió su discurso: "A partir de focos desarrollados en las regiones cordilleranas de las provincias de Malleco y Cautín primero y de Talca después, la enfermedad invadió las poblaciones urbanas de Curicó al sur, presentándose aún algunos casos en Santiago. Tan pronto como se tuvo conocimiento de la epidemia se inició una vacunación intensiva de toda la población del país, con una rapidez extraordinaria, que fue posible no sólo gracias a la buena organización con que se realizó, sino muy especialmente a la colaboración eficaz y entusiasta de las Fuerzas Armadas, Carabineros, de la Cruz Roja chilena, de la Defensa Civil y del público en general. En las ciudades se llegó en menos de diez días a una tasa de vacunación superior al 90 % de la población. Es necesario señalar que fue posible realizar esta vacunación generalizada merced a la existencia suficientes de vacuna del Instituto Bacteriológico de Chile, así como debido a la rapidez con que le mismo Instituto pudo preparar nuevas partidas para mantener la campaña. El número de casos producidos en el curso de la epidemia fue de 3.564 con 17 defunciones. Durante la campaña de vacunación se aplicaron 5.370.349 inoculaciones lo que representa haber dejado a la población en un alto nivel de inmunidad".
"La existencia de esta epidemia mostró que debido a la ausencia de un peligro permanente de invasión de viruela se había descuidado la vacunación sistemática de la población. Por este motivo la Dirección General de Sanidad ha tomado las medidas necesarias para mantener la tasa de inmunidad por el cumplimiento de la Ley de Vacunación Obligatoria, tanto en los recién nacidos, como en los niños al ingresar a la escuela primaria y secundaria y en los adultos cada vez que renueven el carnet de identidad. Por otra parte, se ha establecido que toda campaña sanitaria que se realice en las regiones rurales donde la tasa de vacunación no ha llegado a un nivel conveniente, sea acompañada de vacunación antivariólica. En esta forma existe la seguridad de mantener al país libre de viruela y de alastrim, enfermedades que pueden penetrar al país por fronteras no suficientemente protegidas desde el punto de vista sanitario", concluyó el Primer Mandatario.
El Fin de la Epidemia
Fue tan eficaz la acción de las autoridades de salud que la epidemia comenzó a declinar a fines de mayo. En el transcurso del año aparecieron algunos casos en el territorio nacional pero no hubo ningún enfermo en las provincias de Tarapacá, Antofagasta y Atacama. En el verano de 1951 el alastrim prácticamente había desaparecido.
En el año 1954 fue eliminada la viruela del país. Esta peste solo en el siglo XX habría matado a 300 millones de personas en el planeta. Los sobrevivientes quedaban marcados de por vida por las cicatrices. Por fin, la Organización Mundial de la Salud la declaró oficialmente erradicada en todo el mundo el 8 de mayo de 1980.