Los nombres de los lugares
Por Yvaín Eltit - Presidente Sociedad de Folclor Chileno
En ocasiones hemos andado por el siempreverde Valle del Aconcagua (en mapudungún, lugar de gavillas) o nadado por gélidas aguas de lagos sureños donde van a dormir copihues, pero rara vez nos preguntamos por qué aquellos sitios se llaman de tal o cual modo.
Esta disciplina es denominada toponimia, la que pertenece a la onomástica e investiga los nombres geográficos de determinados territorios. La palabra toponimia deriva del griego tópos (lugar) y ónoma (nombre).
Así mismo, podemos encontrar una gran variedad de topónimos. Entre estos destacan la hidronimia, que refiere a hidrónimos (de masas de agua, habitualmente ríos), subdividida en limnonimia, refiere a limnónimos (lagos y lagunas), y talasonimia, para los talasónimos (mares u océanos); la litonimia, para los litónimos (formaciones rocosas); la oronimia, para los orónimos (montañas y accidentes de relieve); los epónimos (objetos o lugares procedentes de antropónimo); los etnónimos, de las etnias, distribuidos en: autónimos o endónimos, nombres que se dan a sí mismas las diversas comunidades humanas; y exónimos, manera como se llama a un sitio por otro cercano. También está la coronimia que aplica a zonas mayores como regiones, naciones o continentes (de ahí vienen los corónimos); los fitotopónimos, de las plantas en una ciudad; o tautopónimos, los cuales replican términos de incidentes naturales.
En Chile e Hispanoamérica poseemos múltiples ejemplos toponímicos asociados a las jergas de nuestros pueblos originarios. Algunos en voz mapuche son: Cachagua (kachuwe, lugar de pastos), Catapilco (katapilko, tubo abierto), Curauma (piedra de montaña), Curicó (kurü ko, aguas negras), La Ligua (liwen, resplandor o amanecer), Llolleo (llollewe, lugar de nasa), Maule (mau leuvu, río de lluvia), Petorca (los picotazos), Putaendo (putraintú o puthrayghentú, manantiales que brotan de pantanos), Volcán Villarrica, (ruka pillañ, casa del pillán). En Argentina, Bariloche (vuriloche, gente de atrás de la montaña), o Neuquén (agua que tiene fuerza). Igualmente en el norte, el Río Huasco, del quechua (valle estrecho entre cerros por donde corre agua), así como los Rapa Nui reconocen a su isla, cultura e idioma y significa Rapa Grande.
Y más allá de nuestra cordillera, en Paraguay está la ciudad Lambaré del guaraní El Ambaré, el país de las sombras), la capital colombiana Bogotá, que proviene del Bacatá, de la civilización muisca. y significa campo de labranza; en México la Península de Yucatán en lengua maya (yo no entiendo); o incluso aquel paraje de ensueño en la Tierra del Fuego argentina, Ushuaia, procedente del idioma de los yaganes ush (al fondo) y waia (bahía o caleta). y significa bahía profunda o bahía al fondo.

