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[Cultura Urbana]

"Me encuentro en una etapa en que tengo más ganas de pintar que de hacer música"

De paso por Valparaíso para inaugurar su primera exposición de pintura en Chile y plasmar dos murales en la ciudad, Mon Laferte conversó con La Estrella acerca de su relación con el arte visual, sus procesos creativos y sus proyectos.
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Marcela Küpfer C.

Las blancas paredes del nuevo espacio Casa Arte Bahía Utópica, en el cerro Alegre de Valparaíso, literalmente explotan en color por estos días. Allí se monta la exposición "Procesión", primera muestra de arte visual de Mon Laferte en Chile, donde exhibirá, desde el 15 de febrero, unas 25 obras de distinto formato. Ella misma se dedicaba, hasta ayer, a rematar algunos detalles de su muestra, que incluye dos impresionantes lienzos de gran tamaño, varios cuadros de mediano formato, una serie de exvotos (unos cuadros pequeños inspirados en las ofrendas religiosas populares) y hasta una especie de animita.

Algunas de estas obras las trajo desde México, donde vive hace catorce años, y otras las terminó aquí mismo en Chile, donde se encuentra en una visita de bajo perfil, sin presentaciones ni agenda púbica, durante la cual aprovechó de pasar tiempo con su familia y, sobre todo, preparar la apertura de esta, su primera exposición en Chile.

En conversación con La Estrella de Valparaíso, Mon Laferte confiesa que hoy la pintura y el arte visual ocupan gran parte de su tiempo e interés. Incluso señala: "Hoy tengo una relación mucho más intensa con la pintura y me dan más ganas de pintar que de hacer otra cosa. Es muy loco porque toda la vida me dediqué mucho más a la música y todo el tiempo era para la música, pero ahora como que solo quiero pintar, no quiero hacer otra cosa ya".

-¿Cómo se inicia tu relación con la pintura?

-En mi casa siempre estuvo el arte muy presente, todo tipo de arte. En casa siempre se pintaba, se cantaba, se actuaba, se bailaba, se hacía de todo y todo el tiempo yo me recuerdo estando con lápices, con témperas, en la cama. Vivíamos en un departamento muy chiquitito, no teníamos una mesa de trabajo, entonces todo era sobre la cama de mi mamá que era la más grande y ahí teníamos las hojas y nos pasábamos el día dibujando con mi hermana. Mi padre también es pintor y todo el tiempo hacía retratos, entonces el arte estuvo siempre muy presente, no era algo extraordinario sino que era del día a día.

-¿En qué momento decidiste comenzar a pintar más profesionalmente y a exponer tus obras?

-Yo cuando llegué a vivir a México tuve más tiempo libre, pasé un año sola, vivía en un departamento en la Colonia Juárez en la Ciudad de México y ahí fui y me compré materiales. Compré óleo por primera vez, antes trabajaba con acrílico, con témperas, con lápices, lo que tuviera a mano. Entonces fui y me compré óleo, caballete, bastidores, todo el material, y ahí empecé a pintar un poco más. Tener más tiempo libre me permitió volverme muy creativa, pintar lo que fuera, hacer ejercicios, experimentar. Y también gracias al bendito internet, porque yo siento que me he formado, he aprendido literalmente con tutoriales en Youtube a cómo usar cosas que cuando chica no tenía (...) Entonces empecé a pintar, pintar, pintar y tenía muchísima obra. Nunca vendí, siempre regalé a mis amigos, y llegó un momento en que tenía demasiadas obras y no sabía qué hacer. Y sentía que tenía que hacer algo con esa obra, porque también me fui dando cuenta de que cada vez el trabajo era un poco mejor, iba encontrándole como más corazón, un alma a la obra, ya no tanto solo por bonita, por la estética, sino que iba profundizando cada vez más y algo me dijo en mi corazón que era el momento de empezar a compartir con la gente esta obra, que tenía algo que decir y no era solo la estética.

"Solo quiero pintar"

-Desde que empiezas a exponer, ¿te consume más la pintura, tienes una relación más intensa con el arte?

-Sí, hoy tengo una relación mucho más intensa con la pintura y me dan más ganas de pintar que de hacer otra cosa. Es muy loco porque toda la vida me dediqué mucho más a la música y todo el tiempo era para la música, pero ahora como que solo quiero pintar, no quiero hacer otra cosa ya. Sí, me está tomando todo el tiempo, pero me encanta y lo disfruto. Lo que me pasa con la pintura es que no puedo pintar si no estoy bien, y eso es algo que me gusta mucho. Realizar cualquier otra actividad la puedo hacer aunque no tenga un buen día, lo haces igual porque es trabajar, pero me pasa con la pintura que si mi alma no está bien y no está en esta explosión de color, no puedo. Entonces también es demandante no solo de tiempo, sino que emocionalmente tengo que estar en un sitio muy específico para poder pintar.

-¿Cuáles son los temas que te inspiran en tu creación?

-A mí me gusta ver una obra y sentir cosas (...) Va de los sentimientos, de las ilusiones, de las alegrías, los sueños, mi pintura es muy humana y muy terrenal también, no es una cosa espiritual sino mucho sobre lo que sentimos. Creo que yo también soy muy así, me gusta expresarme y sentir y que todo eso quede también en las pinturas.

-En tus obras siempre aparece un personaje central que es una mujer y que uno podría pensar: esa es Mon. ¿Es una representación tuya y, en ese sentido, es una pintura íntima y personal, o es sencillamente una mujer que representa a otras mujeres?

-Lo que más conozco es a mí misma, entonces en realidad no es que me pinte a mí como un autorretrato, sino que es una mujer y dentro de mí viven muchas mujeres. Nosotras las mujeres podemos convivir muchas dentro: la profesional, la hija, la mamá, la polola, la tranquila, la señora, la sexy, la intelectual, ¡hay tantas! Entonces un poco esta figura que se repite es como mi alma, pero no es un autorretrato (...) Tampoco he terminado de entender bien mi obra, muchas veces me sorprende, la veo años después y digo: ah, claro, esto era lo que quería decir.

-Cuéntame de tu proceso creativo, ¿eres intuitiva para pintar, dibujas, planificas?

-De todo un poquito, por lo general no planifico mucho, me enfrento al lienzo y trato ahí de sacar lo que siento. Eso es lo que me gusta, un silencio absoluto y dejar ahí lo que quiero contar, pero de una manera muy sistemática, y me dejo llevar también por la locura de pintar, no es tan cerebral.

-En las obras que expondrás en Valparaíso también ocupas otros materiales, más allá del óleo y el lienzo, como hilos, esténcil, objetos...

-Me encanta estar experimentando con los materiales y de a poquito voy usándolos. Tengo hartas ganas de hacer cosas con esténcil y con hilo, pues yo también bordo mucho (...) Para mí el bordado también es muy meditativo y tiene esta relación con mi madre y con mi abuela, que son quienes me enseñaron a bordar, entonces me gusta incorporarlo a las obras. Y también me gusta el arte objeto, siempre intento hacer cositas. En este caso hice una cajita que es como una animita que también tiene otros materiales, como espejos, la idea es que te puedes ver literalmente; a veces lo que busco es que la gente puede sentirse reflejada en una imagen.

Colores

-¿Cómo ha influido la cultura mexicana en tu expresión artística?

-Yo creo que una de las cosas más importantes es el manejo del color, siento que en México no hay miedo a utilizar el color, está desbordado, en todas partes, y uno convive diariamente con ese color, todo el tiempo, en la ciudad o en los pueblos. Yo alucino con los colores de las artesanías y el arte de México, estoy enamoradísima. El color me pone feliz, me pone de buenas, y creo que ahí está presente ese "no miedo" a utilizar el color de manera explosiva.

-¿Cuál ha sido tu experiencia con los murales?

-De lo que más me gusta es hacer murales. Nunca había hecho un mural, había trabajado lienzos de tres metros, de cinco metros, pero todo era en tela. Cuando vine en 2019 hacía rato tenía en mi cabeza la idea -y de hecho está avanzado ese proyecto- de hacer murales en el barrio donde yo nací, en Gómez Carreño, en Viña del Mar. Para ese proyecto contacté con los chicos de Un Kolor Distinto, teníamos toda esta idea de hacer este proyecto en comunidad con la gente del barrio y de pronto llego acá, en medio del estallido, y le escribo a los chicos de Un Kolor Distinto y les digo: me dan muchas ganas de pintar algo con ustedes. Me dicen: acá tenemos una pared, vente. Ellos me guiaron, porque yo nunca había trabajado en la pared, es diferente a trabajar en tela y esa fue mi primera intervención y acercamiento a un mural. Después hice un par de cosas en México, para practicar pinté toda mi casa. Ahora en este viaje hice dos murales, en cerro Cárcel y el de aquí del cerro Alegre. Me encanta el arte callejero, siento que tiene el poder de alegrarte el día, la vida. A mí por lo menos cuando paso por un sitio de murales me cambia el día completamente, y la gente puede tener la obra ahí, el arte más cerca. Hay gente que nunca ha ido a un museo, a una galería, y el arte callejero tiene esa magia que puedes tenerlo ahí.

-¿Cómo se relacionan estas dos facetas de la cantante y la artista visual? ¿Se inspiran mutuamente o son compartimientos que funcionan por separado para ti?

-Yo creo que todo está como mezclado y separado a la vez, no es como que yo separo a la cantante de la artista plástica, finalmente soy la misma persona. Lo que sí, mi cerebro funciona de manera diferente. La música siempre la hice desde muy chica como trabajo y funciona de una manera que para mí es como más automática. Para la pintura necesito estar bien, estar feliz, tener mi espacio, no puedo hacerlo en cualquier sitio. Pero siento que es lo mismo, son formas de expresión.

-¿Y hay alguna otra forma o expresión artística que explores?

-Me gusta mucho la poesía y siempre escribo, privadamente. Tengo varios no sé si llamarles poemas, pero sí escribo mucho.

-¿Y piensas que algún día podría ocurrir algo parecido a lo que te pasó con la pintura y, por ejemplo, publicar tus poemas?

-Puede ser, antes me daba como vergüenza mostrar todo lo que hacía porque lo pensaba desde el ego: qué van a decir, que no estaba tan bueno, que no sé qué... Ahora que estoy más adulta estoy mucho más relajada, la vida es para gozarla y si quiero pintar y esta pintura va a hacer feliz a alguna persona, la voy a mostrar, y si quiero mostrar mi poesía, está bien, no es esta cosa tan seria y como formal. Yo siempre le tuve miedo al arte desde niña, nunca había ido a un museo o lugares así, lo veía todo como muy serio, y ahora me dan muchas ganas de compartir todo, si al final el arte es eso.

-¿Cómo te afectó este tiempo de pandemia, sobre todo al no tener presentaciones musicales?

-Al principio la verdad yo estaba muy agotada, porque había tenido muchos años de giras sin parar, sin descanso, y es un agotamiento físico, deseaba tener un descanso, estar en mi casa un mes, llevaba años sin vacaciones. Y de pronto, la cuarentena total por la pandemia y me cayó muy bien, porque me puse a pintar, pintar, pintar, no quería saber nada de música ni de instrumentos, quería dejar descansar mi voz y me puse a pintar como loca. Me encanta meterme al taller, tengo la fortuna de tener un espacio y pasaba todo el día encerrada pintando, toda la primera etapa pandémica fue pintar. Ya después tenía el compromiso de hacer un álbum, pero estaba mucho más tranquila, sin esta locura de los viajes y después de haberme dado el gusto de pintar todo lo que quería, dije: ya, voy a hacer un disco, y ahí me puse a crear. Terminé un álbum que ya está listo y después seguí pintando. Debo decir que hoy me encuentro en una etapa en que tengo más ganas de pintar que de hacer música, nunca pensé que me iba a pasar algo así, porque para mí la pintura era algo que hacía en mis ratos libres, y ahora ya me ocupa todo el tiempo y me encanta.

marcela.kupfer@estrellavalpo.cl