El extraordinario fruto del copao Presidente Sociedad de Folclor Chileno
Por Yvaín Eltit
Según se cree, la riqueza frutal es propia del sur del país, sin embargo, no es así. Desde las laderas de Taltal (Región de Antofagasta) hasta los tiernos torrentes del río Illapel (en voz mapuche millapel, garganta de oro) se esconde el copao o tuna del copado, también conocido como rumpa, llamado así por la cultura diaguita (pueblo originario del norte chico chileno). Se estiman que solo en la Región de Coquimbo hay más de 350.000 hectáreas cultivadas actualmente, mientras que su fruto se recolecta en temporada veraniega, sobre todo entre enero y febrero.
El nombre científico del cactus de esta súper tuna es eulychnia breviflora, el cual proviene de los términos griegos eu (hermosa) y lychnos (lámpara), refiriéndose a la hermosa antorcha; a su vez, la palabra breviflora, de traducción latina, significa "con pequeñas flores". En 1860 fue catalogada en el mágico libro ilustrado "Florula Atacamensis seu Enumeriatio" ("Flora de Atacama y su enumeración") por el sabio alemán Rodolfo Amando Philippi (1808-1904).
Esta especie es fanerógama (grupo de plantas vasculares que producen semillas), perteneciente a la familia de las cactaceae, es de tipo arbustivo perenne carnosa con hojas bordeadas de espinas, columnar y sus flores pueden ser rosadas, verdes o blancas con pequeñas escamas (7 a 8 cm cada una). Llega a medir de 2 a 3 metros de alto y sus semillas son de color negro mate, de 2 mm de largo.
La composición de la rumpa consta de vitamina C, fundamental para defenderse de resfríos. Contiene potasio y magnesio (superiores al plátano), esto lo transforma en aporte vital para deportistas de alto rendimiento. Además contiene antioxidantes y anticancerígenos, principalmente en su pulpa, pepitas y cáscara. Es llamativo que, por las condiciones ambientales tan extremas a las que este fruto se somete, contenga un 92% de agua. Otras propiedades medicinales van desde disminución de grasas hasta regulación del tránsito lento, por ello es un poderoso aliado contra dolores estomacales. Los niveles de hidratación que entregan a nuestro cuerpo son tan potentes que es un energizante natural, por ende es perfectamente recomendable beber un refrescante vaso de copao antes de andar en bicicleta o después de jugar una pichanga, cuando podemos degustar con total tranquilidad su ácido sabor para reponernos, ya que es un efectivo antiinflamatorio. Es tal la excelencia que posee este alimento que tiene la capacidad de regenerar tejidos de la mucosa intestinal, vital para una óptima absorción de nutrientes.
En el pasado se utilizaba como cerco para resguardar las cosechas, sus espinas eran usadas para tejer en sectores rurales y era un práctico shampoo. También se usaba para paliar la sed en épocas de sequía.
Del mismo modo que sus formidables beneficios, igualmente son diversas las maneras de consumirlo. Se puede preparar como jugo, bebida, mermelada, en helados artesanales, conservas, miel y vino, aunque para paladares más sofisticados es un plato gourmet, como en mousse de copao con cheesecake, cocktelería, pisco sour e incluso como aderezo para un saludable carpaccio de verduras o ceviche.