Javiera Espinosa Pizarro - La Estrella de Valparaíso

En 1981, en la Universidad Federico Santa María, alumnos y funcionarios se unieron por una pasión en común: hacer música folclórica; quienes ya venían de otra agrupación (Los arrieros) se juntaban ocasionalmente para fiestas patrias y peñas. Pero fue la influencia del grupo Los Chileneros, con sus cuecas urbanas, lo que marcó una línea de trabajo en la cueca y el folclor para estos músicos, naciendo así Los Afuerinos.

Alberto Ponce llegó a los 35 años al grupo: "Me uní a Los Afuerinos en 1986, justo cuando nos presentamos en el Festival del Huaso de Olmué", cuenta, y agrega que partió tocando guitarra y cantando, que nunca se defendió bailando cueca, y que por eso "entre bailar y cantar, prefiero cantar diez cuecas".

Ponce, junto a su hermano Luis Ponce, provienen de una tradición folclórica desde el campo de Quilpué. Su madre era cantora y esa herencia también la tiene Héctor Morales, quien los invitó a formar parte del grupo. Él también venía de una familia donde la música sonó siempre y desde ahí que la investigación y ruta por el puerto los ha llevado a componer cuecas muy queridas.

Fue la folclorista Margot Loyola quien hizo un puente con el reconocido compositor y cuequero de Los Chileneros, Hernán Nano Nuñez, así lo conocieron y pasó dos semanas con Los Afuerinos. "Día y noche, nos enseñó, nos corrigió y nos retó, pero en buena", recuerda Ponce.

El Festival del Huaso de Olmué fue una de sus primeras oportunidades en los grandes escenarios, así, en 1986, ganaron el premio a los Mejores Intérpretes gracias a "Avenida La Picada". Después de eso llegaron al Festival de la Canción de Viña del Mar.

Y con este reconocimiento comenzaron a ascender y viajar, "hemos estado de Arica a Magallanes e incluso en Argentina compartiendo con el público la cueca urbana", indica Alberto Ponce.

Han grabado más de 12 discos con compañías discográficas como Sony Music.

Los Afuerinos se sostienen en la pasión, el orgullo de hacer buena cueca y eso se ha traspasado por generaciones y los hijos de los integrantes hoy también forman parte del grupo. "Cuando nosotros ensayabamos en la casa de Morales o Luis Ponce, los niños nos escuchaban tocar y hace unos años pasaron a formar parte de Los Afuerinos", cuenta Ponce y precisa que "esto ayuda a que cuando nosotros ya no podamos tocar, Los Afuerinos podrán trascender y seremos eternos".

La última vez que tocaron en vivo fue en marzo del año pasado en una fiesta costumbrista de Casablanca, pero nunca imaginaron que su nueva forma de reunirse sería a través de la virtualidad, que los ha mantenido con algunas presentaciones en vivo.

La Municipalidad de Viña del Mar está preparando una producción audiovisual que reunirá al grupo con su icónico pandero, teclado, acordeón y guitarras. En un esfuerzo por traer la Fiesta del Roto Chileno a la virtualidad debido al contexto sanitario.