Cores señalan que el tren rápido es vital para el desarrollo regional
El convoy viajaría a 200 km por hora, y conectaría a Valparaíso con Santiago en 45 minutos. Hoy el proyecto está paralizado.
Alex Dixon Fajardo - La Estrella de Valparaíso
A mediados de febrero, el Ministerio de Obras Públicas (MOP) confirmó, por medio de La Segunda, que los estudios del proyecto de tren rápido Santiago-Valparaíso se paralizarían debido a la pandemia que afecta al país.
La noticia remeció a las autoridades locales, que ven en este proyecto una alternativa para mejorar la economía y mejorar la conexión de la región.
Al respecto, la consejera regional del Frente Amplio, Nataly Campusano, sostiene que el tren rápido "representa un anhelo de años para el desarrollo de infraestructura y movilidad de nuestra región. Es un incentivo para diferentes rubros de la economía regional, como lo son el comercio, la industria y el turismo".
En base a lo mismo, destacó que "la realización de estos estudios es plenamente compatible con tomar todos los resguardos para proteger a la población ante la emergencia sanitaria. Nuevamente desde Santiago se imponen decisiones que estancan y congelan el desarrollo de la región de Valparaíso".
Por su parte, el Core UDI, Manuel Millones, señaló que el motivo de la paralización "se usa para proyectos en regiones y no para Santiago. Esta es una decisión política que no comparto. Es una demostración clara del centralismo asfixiante que vivimos cómo país".
Millones también sostuvo que "este anuncio se ha hecho por los medios de comunicación y no por los canales formales, y por eso hay incredulidad ante los hechos. Hay que ser enfáticos en que el mismo gobierno ha sido errático sobre este proyecto y no veo un gran compromiso, pese al impacto en el desarrollo que tendría. También permitiría reducir los viajes de vehículos entre la capital y nuestra región, lo cual tiene un directo impacto en la reducción de Co2, y por ende, sobre la meta de lograr carbono neutral".
Al respecto, la Dirección General de Concesiones del MOP, respondió a La Estrella que "luego de una evaluación conjunta con el Ministerio de Transportes, EFE y la asesoría internacional, se hizo necesario pausar los estudios con el fin de contar con las condiciones adecuadas para contar con todos los antecedentes requeridos".
Según explicaron, se deben tener datos actualizados relativos a proyecciones de la demanda de pasajeros, la carga que se movilizaría, el impacto ambiental, y otros aspectos económico-financieros.
También añadieron que "se consideró que no era aconsejable utilizar metodologías alternativas o estudios ya existentes".
Hoy son dos las iniciativas detrás de la concesión del proyecto. El primero es el consorcio TVS Concesiones Ferroviarias SpA, integrado por Sigdo Koppers y la española Acciona, que vino a reemplazar a China Railway Group Limited.
Este conglomerado afirma que el proyecto podría financiarse sin aportes del Estado, sólo si se convierte al tren en un servicio de transporte de carga, a la vez que de pasajeros. Para esto último, la ruta trazada evita pasar por el norte de Santiago, pasando por Casablanca, y teniendo una línea alternativa dirigida al puerto de San Antonio.
Esta ruta pasaría por terrenos más planos, y reduciría de forma significativa la cantidad de túneles en su ruta. Sería el proyecto presentado más costoso.