Erika Rojas Salazar

Si bien el Instituto de Salud Pública (ISP) emitió un comunicado puntualizando la condición de venta de los anticonceptivos, instancia donde se indica que no se ha emitido ninguna normativa diferente a las ya existentes en el Código Sanitario, ni ha establecido nuevas limitaciones ni restricciones a la venta de ningún medicamento en esta pandemia, todavía hay mujeres que han denunciado requerir una receta para adquirir sus anticonceptivos orales.

Luis Ignacio de la Torre, presidente del Colegio Médico Regional Valparaíso y ginecólogo, expuso que este es el momento adecuado para repensar las formas de la planificación familiar en el país.

"Creemos que desde el punto de vista actual de la pandemia, que hayan restricciones a ciertos medicamentos de uso prolongado y tan importantes como son los anticonceptivos orales, nos parece un problema, pues puede ocurrir que ante la falta de una receta médica la mujer no pueda acceder oportunamente a la píldora anticonceptiva", enfatizó de La Torre, agregando que en ese contexto es importante la flexibilización del Instituto de Salud Pública.

El dirigente porteño del Colegio Médico manifestó que "no es mal momento, ahora en pandemia, de repensar la política de planificación familiar en Chile. Creemos que ésta debe ser amplia, oportuna e ir acompañada de una consejería profesional que permita que cada mujer decida el método que más le conviene con la correcta información. Ese es el camino que debemos construir en vista de nuestro escenario actual y una vez superada la pandemia".

Compra presencial

Como ya se ha explicado anteriormente, los problemas se han suscitado en la venta online de los anticonceptivos, formato muy conveniente en estos tiempos, dada la escasez de permisos de desplazamiento en tiempos de pandemia y confinamiento.

EL ISP aclaró que las condiciones de venta de un medicamento vigente se encuentran establecidas en el Registro Sanitario, dispuesto en el link: http://registrosanitario.ispch.gob.cl/

"Los anticonceptivos orales pueden ser prescritos por médicos y matronas, y dado que las farmacias son un centro de salud, los pacientes que presenten inconvenientes con sus recetas ya sean físicas, digitales o electrónicas, o bien no cuentan con ella, pueden acudir al químico farmacéutico del establecimiento para recibir orientación y evaluar caso a caso, como se hace habitualmente", detalló el organismo, no obstante sin la posibilidad de salir del hogar ( por el motivo que sea), esta solución de pedir ayuda al químico farmacéutico del local se hace imposible.

Muchas veces se critica fácilmente sin ver el fondo o la particularidad de cada caso. Ciertamente provoca rechazo que jóvenes participen en fiestas en medio de la pandemia o que oficiales de carabineros agredan a un conserje que los obliga a retirarse de un edificio donde estaban de parranda. Pero hay casos y casos.

Cuando se observa tanta gente en las calles, se suele generalizar. Sin duda quien está en la fila para ingresar al banco probablemente no tuvo más alternativa que acudir presencialmente a la sucursal... pero una señora comprando sus números de Lotería sin duda que bien pudo quedarse en casa.

Pero hay casos más dramáticos y que ponen en cuestionamiento la efectividad de las ayudas sociales del gobierno. En nuestras comunas, un alto porcentaje de la población trabaja de manera independiente y muchos de manera informal. En chileno: hay quienes no tienen otra opción que burlar la cuarentena para poder parar la olla.

Es el caso de Ana María Galaz Tapia. Esta porteña de 57 años viaja todos los días desde Valparaíso para instalarse en la esquina de calle Arlegui con Crucero para ofrecer consomé, sandwiches, huevos duros, queque, té o café.

A pesar de su precaria situación económica asegura que en todo el tiempo que ha durado la pandemia nunca ha recibido un bono o alguna ayuda del gobierno.

"Yo aquí no estoy porque quiera, tengo a mis padres enfermos. Mi mamá está postrada, usa pañales, tiene que tomar Ensure y eso lo costeo yo (...) Mi mamá recibe una pensión que no le alcanza y mi papá quedó seminválido hace uno años y dependen de mí y de mi hermano que aporta lo que puede porque también está enfermo", detalla la comerciante.

Ana reitera que cada día es angustiante porque vive con el temor a que puedan detenerla porque sabe que debiera quedarse en su casa. "Es desesperante estar aquí y que pase carabineros. Yo he tenido mucha suerte y los carabineros a mí siempre me han tratado muy bien pero también ellos tienen que cumplir con su deber. ¿Qué puedo hacer yo si vivo el día a día? ¿qué hago si no tengo ingresos?", cuestiona Ana.