Por Juan Guillermo Prado

E ste año será el que tendrá más elecciones de autoridades. Hoy deberían haberse elegido gobernadores, alcaldes, concejales y convencionales constituyentes.

Sin embargo, la primera elección parlamentaria ocurrió en el lejano año de 1809. Esta es la historia: en 1808 las tropas del victorioso Emperador Napoleón Bonaparte invadieron España. Madrid fue ocupada el 23 de marzo y los franceses fueron recibidos por el rey Fernando VII como aliados, ya que tenía problemas con su padre, el rey que había dimitido. Ambos fueron convocados por Napoleón a Bayona, una ciudad del suroeste de Francia, y el 5 de mayo ambos españoles abdicaron en su favor. La Corona hispana fue entregada a José Bonaparte, que por su afición al alcohol fue llamado "Pepe Botella".

La reacción del pueblo no se hizo esperar y hubo levantamientos en distintos lugares. En Sevilla se creó una Junta que se autotituló como Suprema Junta de Gobierno de España e Indias. Una de sus iniciativas fue convocar a los territorios de América y Filipinas a enviar representantes a España.

En las instrucciones enviadas para elegir a los delegados se disponía que cada cabildo eligiera a tres personas por sufragio y de allí por sorteo se designaría a uno de ellos. Luego el gobernador, entre los sorteados, seleccionaría a tres y se realizaría un nuevo sorteo y el nombre elegido sería nombrado diputado por Chile y vocal de la Suprema Junta instalada en el puerto de Cádiz, España.

La primera elección parlamentaria

La elección se realizó entre los días 7 de noviembre de 1809 y 16 de febrero de 1810. Votaron 15 cabildos. Solo no concurrieron a votar los santiaguinos cuyo Cabildo estaba enfrentado con el gobernador Antonio García Carrasco.

Fue la primera elección parlamentaria en Chile y los elegidos en el puerto de Valparaíso fueron: José de Santiago Concha, juez de la Real Audiencia; Miguel Eyzaguirre, rector de la Universidad de San Felipe; y el sacerdote José Santiago Rodríguez, futuro obispo de Santiago.

Por diversas causas no se cumplió lo encomendado por la Suprema Junta, pero llegó a Cádiz como representante de Chile el abogado Joaquín Fernández de Leiva y Erdoiza, hermanastro por su madre de Manuel Rodríguez, y allí se le unió el comerciante chileno Miguel Puente y Riesco, quien residía junto a 14 chilenos en dicho puerto. Uno de ellos era José Miguel Carrera.

Ambos participaron en las Cortes (Parlamento) que redactó la primera Constitución Española. Sus sesiones se inauguraron el 24 de septiembre de 1810, una semana después de la Primera Junta de Gobierno.

¿colonia?

Estas elecciones han sido omitidas por los historiadores y por ello consultamos a Sergio Martínez Baeza, abogado, académico de la historia y expresidente de la Sociedad Chilena de Historia y Geografía sobre el tema, quien señaló: "La Junta de Sevilla, asumiendo el papel de depositaria del poder del rey cautivo Fernando VII, asumió el gobierno de toda América, promulgando órdenes y enviando a sus representantes. Es interesante recordar que sus despachos están encabezados 'Don Fernando Séptimo, Rey de España y de las Indias, y en su Real Nombre la Suprema Junta que le representa, establecida en la ciudad de Sevilla'. Es decir, no vacilaron en considerarse con autoridad sobre los territorios americanos, pero tal actitud era excesiva, pues se trataba de un gobierno provincial de carácter metropolitano, no con mayor jerarquía que cualquiera de los reinos o provincias ultramarinas que, en conjunto, dependían de la monarquía establecida en España".

Como consecuencia de ello", agrega, "nuestra condición de provincias de ultramar, preso en Francia el monarca, de quien dependíamos y no del Estado español, resultó ser la ocasión propicia para lograr nuestra soberanía, que ya anhelábamos al observar la decadencia de las reales personas a las que estábamos vinculados y que, además, eran víctimas de la usurpación extranjera. Sin duda, ese fue el efecto que tuvo para Chile la convocatoria de las Cortes de Cádiz, o sea, ella precipitó los acontecimientos encaminados al logro de nuestra soberanía.

-¿Estas elecciones significaban que éramos provincia o colonias de España?

-En mi opinión y las de muchos, Chile y las demás provincias ultramarinas jamás fuimos colonias. Hay diversos antecedentes que indican que desde tiempos de los Reyes Católicos los territorios americanos fueron legalmente considerados similares con el reino de Castilla. Desde el punto de vista legal, las Indias no fueron colonias, por las razones expuestas y además, porque los naturales fueron considerados iguales en derechos a los españoles europeos y se consagró la legitimidad de los matrimonios entre ellos; porque los descendientes de españoles y criollos, y en general debían ser preferidos con respecto a los españoles europeos en la provisión de los oficios. Son múltiples los motivos para afirmar que no fuimos colonias porque siendo una Corona los reinos de Castilla y León y de Indias, las leyes y órdenes del Gobierno de los unos o de los otros, debían ser lo más semejantes posible. Por todo lo expuesto, dice el historiador argentino Ricardo Levene que las expresiones "colonia" o "factoría" fueron evitadas en las 6.377 leyes de la Recopilación española de 1680 y en las obras de los tratadistas de los siglos XVI y XVII. En consecuencia, las Indias no fueron colonias, sino provincias, reinos o señoríos, como partes de una monarquía múltiple.

Fue extensa la explicación que nos dio nuestro entrevistado, quien es autor de numerosos libros de historia y de derecho, pero por razones de espacio es imposible dar cuenta de la totalidad de ellas. Lo que está claro es que en ningún documento oficial de la corona hispana se habla de las colonias de América.

La Participación Chilena

En tanto, reunidas las Cortes en el sur de la península ibérica, en la isla de San Fernando, redactaron con la participación de los dos diputados chilenos la primera constitución española, que fue promulgada el 19 de marzo de 1812. El hermanastro de Manuel Rodríguez tuvo una activa participación en la comisión de constitución participando en materias como: reformas de la administración del Imperio español, señoríos y poder judicial. Regresó a América y fue designado oidor de la Real Audiencia de Lima, falleciendo el año 1814. El año 2011 se presentó en el Senado un proyecto de ley para erigir un monumento en su memoria. En dicho texto se asegura que fue el primer legislador chileno, sin embargo, fue archivado.

Su colega Miguel Puente y Riesco intervino solo en dos debates: sobre el proyecto de constitución y sobre el establecimiento del consulado de México. Retornó al país y en 1823 fue prosecretario del Congreso Constituyente de 1823. Murió en 1858.

Curiosamente, no fueron los únicos diputados chilenos en las Cortes (Parlamento) español. Hubo cuatro más, uno de ellos fue Nicolás de la Cruz y Bahamonde, conde del Maule, quien fue tutor de Bernardo O'Higgins, mientras estuvo en Europa, ya que era amigo de su padre Ambrosio y participó en las Cortes hispanas, en los años en que su expupilo se desempeñaba como Director Supremo. Pero esas son otras insólitas historias.