"Yo llevaba a Camila cuando jugaba en Calera, ahí empezó"
Óscar, el papá de la hoy seleccionada olímpica Camila Saéz, vivió intensamente y con mucho orgullo la clasificación de su hija a Tokio junto a la Roja femenina.
Claudio Morales Salinas - La Estrella Quillota - Petorca
El martes fue un día muy especial en una casa de la Villa Disputada de El Melón, en la residencia de la familia Saéz Oyaneder. Ahí, desde el mediodía, siguieron con mucha atención el partido entre las selecciones femeninas de fútbol de Chile y Camerún, que se disputaban un cupo en los Juegos Olímpicos de Tokio.
Y la celebración fue total después del empate sin goles, pues con ese resultado La Roja consiguió los boletos a la cita de los anillos, con Camila Sáez entre sus jugadoras titulares, como siempre, en la defensa.
Óscar Sáez se encerró en la pieza de su hija (que ella ocupa cuando viene de vacaciones desde España) para presenciar el crucial encuentro, pues ha estado un poco delicado de salud. "No saben lo que significa para nosotros como familia esto que hemos vivido. Con lo que me pasó, la Cami también lo pasó mal allá en Turquía, ella llamaba a sus tías y les preguntaba, díganme cómo está mi papá", reveló el padre de la jugadora del Rayo Vallecano.
Con el primer partido del sábado ya habían quedado felices, cuando Camila anotó uno de los goles del triunfo 2-1 sobre las africanas. "Pero lo que lograron tras la revancha es un sueño, Camila me decía cuando conversábamos en la casa, papito lo único que me falta son unos Juegos Olímpicos. Después del partido hablamos muy poco con ella, estaba contenta, tenía que volver a España. Como familia solo debemos agradecer a Dios por todo esto", dice el orgulloso papá.
Futbolera y matea
El camino en el fútbol de Camila Sáez comenzó cuando era chica y su padre recordó que "yo la llevaba cuando jugaba en Unión La Calera, y ella se ponía un buzo negro con una chaqueta blanca. Yo en esa época ya era el papá más chocho con ver a mi hija en un equipo de fútbol, sin saber lo que vendría más adelante. Yo soy colocolino, pero también quiero mucho a Calera, porque fue ahí donde Camila dio sus primeros pasos".
Lo curioso es que en la actualidad, el club calerano, en el que también jugaron otras seleccionadas como Christianne Endler, no cuenta con un equipo femenino.
Pero el orgullo de Óscar Sáez no es solo por sus grandes logros deportivos -haber jugado un mundial, ser parte de un club europeo-, sino por cómo es fuera de la cancha. "Ella siempre ha sido igual, muy transparente, ha hecho las cosas bien; no porque clasificó a los Juegos Olímpicos va a andar agrandada. También me emocioné cuando ella sacó el título de administración de empresas, igual sacó una carrera pese a todo los triunfos en el fútbol", concluye el papá de Camila Sáez.