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Surfista porteña ya cuenta con implementos

Valentina Ponce representó Chile en 2018 y 2019 sin equipamientos propios, y hoy los obtuvo gracias a rifas y la difusión de su historia. La estudiante de bibliotecología quedó tetrapléjica hace 20 años por culpa de un conductor ebrio.
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Valentina Ponce Nauduan es una surfista paralímpica oriunda del cerro La Cruz, de corta pero exitosa trayectoria. En el 2018 incursionó en este deporte que la llevó, en ese mismo año, a representar a Chile en el mundial de surf adaptado, primera competencia internacional de su vida y en la que, para sorpresa de ella y de muchos, obtuvo el tercer lugar entre 27 países en carrera. En su palmarés además destaca un segundo podio en el latinoamericano de la disciplina celebrado en la comuna de El Quisco.

Como resolución para el 2021, se propuso conseguir los fondos para financiar implementos propios, pues entrenaba y competía con equipamientos ajenos. "Fue una mezcla de un montón de cosas que tuve que hacer", explica, entre las cuales están el tener que acudir a un programa de televisión a relatar las precarias condiciones en que los deportistas como ella desarrollan sus carreras en Chile, además de varias rifas entre los habitantes de su barrio.

Pese a que consiguió su objetivo, no deja de ser crítica al respecto. "No es la idea, para nada. No todos vamos a tener la posibilidad de contar nuestras historias públicamente o de salir en la tele para poder adquirir aquello que necesitamos para entrenar y representar una región o un país, no es lo que uno aspira, yo nunca en la vida hubiese querido salir en la tele por algo así, pero no había otra opción", detalla la porteña.

Al escuchar su relato llegaron las ayudas en poco tiempo, una empresa le transfirió $1 millón destinado a movilización para llegar a entrenamientos y pagar estadías fuera de Valparaíso, por ejemplo. Otra entidad le donó toda la implementación complementaria que necesita, como botines, guantes y una cámara para grabarse en el agua; mientras que una persona natural hizo entrega de un traje térmico, lo que se suma a una entidad estatal local que comprometió su apoyo.

Los entrenamientos

Días antes de la segunda cuarentena que mantiene a varias comunas de la región bajo confinamiento total, la estudiante de bibliotecología de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), aprovechó de ir playa La Boca y Pichilemu a estrenar el equipo, en miras, si la pandemia lo permite, de asistir al próximo mundial que se llevará a cabo en San Diego, California, Estados Unidos.

"Fue maravilloso porque el cambio fue impresionante. Si antes podía entrenar 20 minutos por temas de frío, ahora puedo una hora porque el traje es mejor, abriga más, ahora tengo botas y guantes que me mantienen tibia al entrar al agua y mi tiempo de entrenamiento incrementó", dice la deportista que siente "el frío se siente más fuerte" dada su condición.

Producto de un accidente provocado por un conductor ebrio, quedó tetrapléjica a los dos años y 8 meses de vida. El responsable solo quedó con firma mensual y nunca se acercó a ella ni a la familia a pesar de residir en el mismo barrio.

"Mi accidente ocurrió el 8 de diciembre del 2000. Era de noche, yo estaba en la vereda de mi casa y un caballero que iba a exceso de velocidad me chocó, iba tan rápido que ni siquiera pasó por arriba mío, sino que me golpeó. Mi contextura era diminuta, salí volando y cuando choqué con la acera me fracturé la cervical", relata sobre el momento que conllevó un proceso de rehabilitación en las piscinas de la Teletón, donde después de seis años, se convirtió en una nadadora capacitada para competir en nacionales. Así, poco a poco se abrió paso hasta llegar a los Juegos Suramericanos en 2015 y luego cambiar las demarcadas pistas por el mar hasta convertirse en surfista como la conocemos hoy.

Camila Rojas Vargas

deportes@estrellavalpo.cl