Políticamente, no soy simpatizante del partido político de señor Sharp, alcalde de Valparaíso; más aún, desconozco los argumentos para su eventual acusación política, pero en lo que respecta al tema educacional, me parece que se estaría cometiendo un grave error y demuestra un total desconocimiento del desarrollo curricular de la educación técnica-profesional .

Fui director durante 30 años de un prestigioso colegio de EMTP, conocedor de las complicaciones que surgen para que el alumnado se titule con las horas de práctica que establece la normativa Mineduc, por lo tanto, todo director que se preocupe de su alumnado, trata de establecer redes de contacto, de apoyo, de ayuda para lograr ese objetivo, incluso haciendo prácticas gratuitas si la necesidad lo amerita; por lo tanto, quienes acusan a las autoridades comunales de haber "abusado" de los estudiantes, es solo populismo o ignorar la realidad educacional de la EMTP, porque este alumnado sin su práctica laboral, no puede acceder a su anhelado título.

Es un beneficio mutuo, entre estudiante y empresa. Les puedo asegurar que si conversan con quienes realizaron las cuestionadas prácticas técnicas o con sus apoderados, dirán que están felices de que les hayan dado la oportunidad de realizar dicha práctica en lugares de alto nivel terciario, turistico - administrativo.

Incluso, en muchos casos, los estudiantes que son destacados por su desempeño, son contratados en la misma empresa que les brindó el cupo para práctica.

Luis Ramírez Fernández

El vocabulario de los "famosos" se ha degenerado. Se entienden entre ellos a puro garabato. Poco respeto tienen por los admiradores que los siguen en TV. Antes, esto no pasaba. El garabato grosero no existía. Los varones la llevan en quién dice mas groserías por minuto. Las damas son más recatadas, de repente se les sale alguna blasfemia, pero más suave que la de los varones. La gente joven que escucha, mira y observa, trata de copiar las insolencias que se dicen en TV.

No debe confundirse el garabato sincero, que llega a nuestros oídos y hasta se encuentra gracioso, con el garabato grosero, peor que el que se escucha en el

matadero.

Renato Norero