En la copa América del año 1999, jugó Argentina contra Colombia. En el mismo partido, el jugador Martín Palermo desperdició tres penales y nadie lo crucificó.

Armando Maradona tuvo una infinidad de "condoros" dentro y fuera de la cancha y para los argentinos sigue siendo un "semidiós". ¿Por qué los chilenos somos tan "chaqueteros y fomes? En la historia de nuestro fútbol, habiendo tantos excelentes jugadores el único que es respetado y considerado un "ídolo" es Elías Figueroa. El resto bien gracias.

El caso de Maripán es una demostración más de lo injusto que somos con nuestros deportistas. Al primer error, pedimos las penas del infierno. Que no jugó bien en los dos partidos, está claro. Que cometió dos errores fatales, estamos de acuerdo, pero

ha demostrado que es un buen jugador y merece la oportunidad de recuperarse anímica y deportivamente. Tarea para el entrenador, sus compañeros y los hinchas.

Jorge Valenzuela

Desde que partió la pandemia hace más de un año, muchos hemos criticado a las personas que salen a la calle como si fuese un día normal; a los que van a meterse a los malls cuando las cifras de contagio están por el cielo o a los que se juntan con amigos en bares o restoranes, pero en mesas que están en terrazas o en la vereda. Hablo de actividades permitidas en fase 2 y fase 3 del plan Paso a Paso, nada ilegal. Es cierto, a veces no se respeta la distancia física y varios no usan o no utilizan bien las mascarillas, pero nadie viola ningún reglamento.

Pero claro, después de dos largas cuarentenas, los habitantes de la región de Valparaíso, especialmente quienes se han cuidado y evitan salir a la calle, no entienden que haya personas que se permitan un recreo. Y no hablo de quienes deben salir obligados por trabajo o por el contrario violan todas las normas. Me refiero a gente común y corriente que por distintas razones se ha relajado.

¿Podemos culparlos a ellos del alza de casos de COVID-19? Me parece que no. El problema acá es que las autoridades han entregado información confusa, dan permisos y después los quitan, autorizan la apertura de centros comerciales y centros de entretención (como Fantasilandia), son exitistas respecto al proceso de educación, dicen que hay camas críticas pero después los mismos hospitales los desmienten y hasta ahora no han puesto aforos en el transporte público, por lo que micros y el metro se ven desbordados en horario punta.

Así está difícil salir de esta emergencia sanitaria.

Isabel Rojas