La lucha por reconocer la obesidad como enfermedad
Agrupaciones han puesto en la palestra pública la necesidad de una ley al respecto para que el Estado prevenga, diagnostique y trate a los afectados.
Francisca Palma Schiller - La Estrella de Valparaíso
El panorama es complejo: 1 de cada 3 chilenos vive con obesidad, 74% de la población adulta la padece y somos el segundo país de la OCDE en liderar las cifras, después de México.
Así, para las organizaciones ya no se puede esconder la realidad. La obesidad se ha convertido en un problema de salud pública y ya no solo es suficiente concientizar y aplicar programas de Gobierno; hoy es necesario, afirman, que se intervenga y reconozca la obesidad como una enfermedad crónica cuya prevención, diagnóstico, tratamiento y seguimiento deben recibir cobertura financiera por parte del Estado e instituciones de salud previsional.
Tal como aseguran agrupaciones como la ONG "300 Mil Mórbidos", es necesario poner el foco en la raíz de problema, para así generar grandes cambios en el tratamiento de esta enfermedad crónica que requiere no solo prevención, sino que también acciones concretas para enfrentarla. Por lo mismo, hoy buscan que sea ley.
"El 34,4% de la población chilena padece de esta enfermedad, más de 6 millones de chilenos vive con obesidad, de los cuales más de 600 mil sufren de obesidad mórbida. Esta cifra son 15 puntos porcentuales más alta que el 19,4% del promedio de los países de la OECD (2015). Claramente esos números constatan que es la peor pandemia que vive nuestro país, convirtiéndose en un problema de salud pública y que siendo una enfermedad multifactorial está influenciada por factores fisiológicos, sicológicos, ambientales, socioeconómicos y genéticos, requiere urgentemente de políticas claras de atención en todos los aspectos y cobertura", nos explica Soraya Flores, presidenta de la ONG.
No solo las cifras son un aspecto relevante a considerar, sino también el costo que significa padecer obesidad en Chile.
"Un promedio de 455 mil millones de pesos son atribuibles a costos directos en obesidad cada año. De esta suma, la mitad de los costos directos se relacionan a efectos en salud cardiovascular derivados de la obesidad. Inclusive, el efecto de la obesidad en los costos indirectos sería del orden de 1,92% del Producto Interno Bruto nacional al año 2030. Un dato destacable es que dentro de la distribución de costos directos, solo un 0,34% del PIB estaría dedicado al gasto en tratamientos de la obesidad, mientras que el 1,87% restante se dedica al abordaje de las complicaciones derivadas de la obesidad, o empeoradas por ésta", precisa la vocera.
Resolución aprobada
La iniciativa ya va avanzando a paso firme.
En votación unánime, el jueves la Cámara de Diputados aprobó la medida, que ahora deberá ser abordada desde los ministerios de Hacienda y Salud, por lo que el Ejecutivo tiene hasta 30 días corridos para oficiar a ambas secretarías de Estado.
"No podemos seguir abordando esta enfermedad solo desde la prevención, ya que sabemos que es una parte importante de la salud pública, hay que empezar a tomar en consideración a los pacientes que ya están enfermos y reconocer que la obesidad requiere tratamiento y un equipo profesional de salud multidisciplinario. Siendo una patología que tiene alto impacto económico y sanitario debería ser parte de un programa como el GES pero hasta ahora no ha sido priorizada su inclusión", indica Soraya Flores.
"Se tiene que entender que es una enfermedad crónica multifactorial que requiere de tratamiento médico, en muchos casos quirúrgicos y siempre con apoyo y seguimiento de un equipo multidisciplinario", agrega.