Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Deportes
  • Tiempo Libre
  • Estrellas

"Hemos tenido algunas dificultades que han entorpecido el trabajo"

Aunque admite diferencias, sobre todo con el delegado presidencial, el gobernador Rodrigo Mundaca, destaca los avances en su -casi- primer mes de trabajo.
E-mail Compartir

Marcelo López - La Estrella de Valparaíso

Días intensos ha vivido el gobernador regional Rodrigo Mundaca Cabrera tras asumir como máxima autoridad regional el 14 de julio. Tanto que, asegura, no ha tenido "mucho tiempo para detenernos en los problemas que ha habido" desde que llegara al cargo que ganó el 16 de mayo -en primera vuelta- con más de 300 mil votos.

Sin embargo, ya ha habido varias piedras en el camino, principalmente en la tensa relación que Mundaca ha mantenido con el delegado presidencial -exintendente- Jorge Martínez. El personero designado ha seguido en primera línea e incluso ha sido él, y no el gobernador, quien ha recibido a autoridades centrales que llegaron a la región la última semana.

"Hemos tenido algunas dificultades que nos han entorpecido el avance del trabajo", admite el jefe regional. "En algún minuto hemos tenido concertadas reuniones con servicios públicos, y estando agendadas no pudimos desarrollarlas porque teníamos que pasar por la autorización del delegado presidencial", ejemplifica Mundaca, quien asegura que estos pormenores no le han impedido avanzar en sus tareas.

-¿Cómo han sido estas casi 4 semanas en el cargo?

-Han sido días de la mayor intensidad porque el Gobierno Regional (Gore) es un vehículo que va en marcha, y había que subirse inmediatamente arriba, en su iniciativa presupuestaria que tiene un impacto directo sobre las condiciones de vida material y espiritual de los ciudadanos. Hemos tenido que entrar a resolver situaciones de arrastre, como el pago del 6% a organizaciones sociales, culturales y deportivas comprometidas en 2019, y que en 12 días ya habíamos pagado casi en su primera mitad; o la discusión del Fondo Regional de Iniciativa Local (FRIL), que otorga recursos a proyectos municipales; o la prórroga al Programa Pro Empleo, que al llegar al cargo nos enteramos que concluía el 31 de julio, y que la prórroga pasaba necesariamente por la aprobación del Consejo.

-¿Qué tal ha sido ese trabajo con los consejeros y consejeras?

-Todo lo hecho en materia del 6%, del FRIL, de la continuidad a los programas de empleo y la aprobación de proyectos de infraestructura crítica, no habría sido posible sin el apoyo de los consejeros y consejeras regionales. Ha habido mucha reciprocidad en el trato. Más allá de las etiquetas que nos colgaban, aquí prevalece el bien común y estamos contentos del trabajo desplegado.

-¿Cómo proyecta el trabajo hasta fin de año, en cuanto a las prioridades?

-Hemos podido ver en el Anteproyecto Regional de Inversiones (ARI), donde los servicios públicos explicitan sus requerimientos presupuestarios y las brechas que hay que superar, que en el Gore se anidan prioridades muy relacionadas con el programa que encarnamos durante la larga disputa por el cargo, que tienen que ver básicamente con temas de empleo, de dar certeza hídrica, de avanzar en el tema de campamentos y la construcción de infraestructura habilitante y darle prioridad a niños, niñas y adolescentes, personas migrantes, discapacidad, disidencias sexuales. Además, estamos en un escenario desafiante en términos políticos y esperamos estar a la altura de las circunstancias. Por ahora hemos estado abocados al trabajo al interior del Gore, con seis jefes de división, con un gabinete de confianza y todos profesionales de primer nivel.

-¿Cómo estas diferencias que ha habido con el delegado presidencial marcan un rumbo para lo que viene?

-Las autoridades centrales se tienen que acostumbrar a que hoy día hay una autoridad que ha sido electa y que no responde al gobierno de turno, y que ese proceso de descentralización es un proceso largamente acariciado por nuestras comunidades. Yo, por ejemplo, en mi cuerpo tengo 300 mil mentes y corazones, que depositaron su confianza en nosotros. Pero las diferencias han sido excepcionales. Me llamó, por ejemplo, el ministro de Obras Públicas, Alfredo Moreno. Conversamos en un tono de amabilidad y respeto recíproco, que me parece es lo que debe prevalecer pues permite despejar etiquetas que nos señalan sin voluntad de conversar; por el contrario, nos interesa colocar en la centralidad el bien común y el buen vivir en la región, y entendemos que estar al frente de una institucionalidad de esta naturaleza necesita que conversemos con todas y todos.