La magia y el secreto de la naturaleza -del hábitat- es la sinergia donde cada elemento de ese hábitat tiene una función de interdependencia, no necesariamente de jerarquía, sino de algo multisistémico e integrado, donde todo está relacionado con todo: la abeja es tan importante como el mar. El pasar de una aldea de pescadores por 300 años al nacimiento de la ciudad puerto de Valparaíso en el siglo XIX fue pura sinergia, magia, trabajo, mezcla de hechos que estaban pasando muy lejos unos de otros, que fueron potenciándose entre sí y que desencadenaron en Valparaíso -junto a la actividad portuaria- el urbanismo, la innovación, el comercio, la industria, las artes, la arquitectura, una vida cultural y cosmopolita. Es decir, una identidad y un patrimonio colectivo.

Hoy estamos en el otro extremo del péndulo, marcado no por la sinergia, sino por el antagonismo -el no encontrar acuerdos para un destino común de la ciudad puerto del siglo XXI- ya que cada gremio, institución, comunidad se preocupa solo de sí mismo, de manera no articulada ni integrada, destruyendo su propio hábitat, la historia, nuestro pasado y también nuestro futuro.

Óleo sobre tela 2021

(58 cm x 33 cm)