Priscilla Barrera Llanos

Pasadas las 11 de la mañana de este viernes, Iván Zúñiga baja del bus que lo trajo a Viña del Mar desde Santiago. Toma su carpeta donde mantiene los documentos relacionados con la causa de su hija Vania, asesinada el 28 de agosto de 2017 en la casa en que vivía junto a su hijita de solo un año y 6 meses en la parte alta de Miraflores. Antes de bajar del bus chequea sus cosas para no olvidar la bolsa donde transporta dos lienzos enormes: en uno se lee "Justicia para Vania" y en el otro "ni una menos".

Iván sabe que tomó un riesgo. En la semana pidió audiencia con el fiscal que lleva la causa de su hija y ya sin ganas de esperar, optó por venir igualmente a Viña del Mar para pedir información directa. Pero le fue mal. El conducto regular es ese. La respuesta a su solicitud tardará 5 días.

Pero para Iván, 5 días ya es una eternidad. Ha tenido que esperar 4 años para una investigación que siente está cargada de errores y desinterés por parte de las policías.

La investigación del caso de Vania Zúñiga Latapiatt se encuentra abierta, desformalizada y hasta ahora, sin imputados.

"Quiero que me tomen en cuenta porque ya estoy cansado. He ido a TV, a los diarios, las radios. Las policías y la fiscalía parece que no tienen empatía. No hay respuestas, no hay avances, por negligencias de la PDI que fueron los primeros que llevaron la investigación. En el transcurso de estos años han cambiado a 3 fiscales. Algo raro hay en esto. Mi hija fue asesinada en su casa, no en la calle (...) Para mí las policías hicieron vista gorda, ahora la investigación la tiene OS-9 de Antofagasta (...) Yo pido por favor que me escuchen, le hago un llamado a la fiscal regional, quiero poder descansar y que pueda descansar en paz mi hija porque yo le prometí que iba a encontrar a los culpables", declara Iván mientras sostiene una gigantografía que demanda justicia para su hija.

Discriminación

Desde aquel 28 de agosto de 2017, el padre de la joven de 27 años no ha dejado de presionar por justicia, sin embargo, transcurrido tanto tiempo, siente inevitablemente que tanto él como su hija han sido víctimas de la discriminación y de un sistema indolente.

"La muerte de mi hija no puede quedar impune, es una persona. Para mí ha existido mucha discriminación. Las policías, y se lo digo, se mofaban de mi hija porque ella trabajaba en un café, y por eso ¿ella no tiene derecho a justicia? Discriminan y que me desmientan, porque si yo fuera una persona adinerada otra cosa sería", sostuvo Zúñiga.

Al igual que en otras ocasiones y reiterando que no justifica su asesinato y que solidariza con su familia, Iván Zúñiga plantea las diferencias que ha tenido el crimen de su hija con el brutal homicidio por encargo del empresario Alejandro Correa.

"Los mismos policías en 30 días encontraron al culpable...y ¿por qué pasa esto? porque la familia del señor Correa es pudiente, tiene dinero y yo no. Si tuviera, probablemente el caso de mi hija se habría solucionado rápidamente. La muerte de mi hija no fue por un golpecito, a ella la asesinaron. Los nuevos antecedentes que hay es que no fue muerta por un golpe contundente sino que por asfixia. Hay negligencia desde el primer día. Le pido al Ministerio Público que por favor avance y dé con el responsable", clama este padre.

El mayor temor de Iván Zúñiga es que sigan pasando los meses, que no existan nuevos avances y que la causa de su hija termine archivada.

"Estoy cansado, es cierto, el año pasado fue entendible, estábamos en plena pandemia, pero ahora no hay excusa. No puede ser, hemos visto tantos casos donde h existido negligencia, el mismo caso del niño Tomás, se debe exigir un trabajo profesional a las policías", sentenció Zúñiga.