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[Cultura Urbana]

Libro reúne obra de Marko Molina

Luego de las exposiciones en homenaje al artista, fallecido en mayo pasado, varias instituciones se unieron par dejar registro de su sobresaliente trabajo.
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Marcela Küpfer

"Me gusta mucho la figura humana, las transformaciones, la metamorfosis. Hay una cosa medio mórbida. Son como piezas de un rompecabezas que estoy tratando de armar. Es un imaginario, una fantasía. Vas construyendo personajes que pueden ser hombres animales, seres zoomorfos o un hombre haciendo el amor con una serpiente; siento que uno puede hacer todo, el imaginario puede ir muy lejos. A veces seres que son hombre y mujer a la vez, cosas que hace algunos años atrás eran chocantes, hoy un poco menos . No es que sueñe algo y lo pinte. Yo creo que el mismo acto de crear es un sueño. Yo siempre digo que existe un cerebro emocional, un cerebro racional y también un cerebro artístico, que tiene sus propias leyes, sus propias comprensiones. Es como un cerebro paralelo. Hay cosas de eso que para mí también son un misterio".

Las palabras son de Marko Molina (1960-2021), destacado artista nacido en Santiago pero cuya carrera está vinculada íntimamente con Valparaíso y quien falleció el 6 de mayo pasado. Su temprana muerte generó hondo pesar en la ciudad y en la comunidad artística, pero también activó rápidamente una serie de homenajes que incluyeron dos exposiciones, una en la Sala Viña del Mar y otra en el talle Casaplan de Valparaíso, además de una exposición virtual en homenaje a Marko Molina, disponible en el sitio web del Museo de Bellas Artes Palacio Baburizza, que incluyó obras de artistas de India, Italia, España, México, Brasil, Ecuador, Argentina y Chile.

Fueron estos mismos reconocimientos los que dieron fruto a un nuevo proyecto que busca dejar un registro de la prolífica obra del artista. Se trata del libro "Marko Molina, viaje en espiral", que será presentado este martes 31 de agosto en el Museo Baburizza.

La publicación nació del esfuerzo de diversas instituciones que se unieron para homenajear a Marko Molina tras su partida y que conforman el comité editorial del libro: la galería y taller de grabado Casaplan -donde Molina participó en los últimos años como artista invitado-, el Museo Baburizza, la colección Eulogio Rojas, la Corporación Cultural de Viña del Mar, el Centro del Grabado de Valparaíso y el Museo Universitario del Grabado, en conjunto con la Seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, que financió la edición del libro, y la familia de Marko Molina, que participó y cedió parte de las obras que conforman la publicación. Las restantes imágenes forman parte de la colección de Eulogio Rojas, reconocido coleccionista y gestor cultural viñamarino, quien posee un importante número de obras del artista.

Grabado

"Todos concordamos en que Marko era una persona, además de talentosa, muy importante para Valparaíso, pues su arte y su imagen permeó a varios artistas", señala Roberto Acosta, grabador y coordinador del taller de grabado y galería Casaplan, de Valparaíso. Él fue uno de los impulsores, junto a Eulogio Rojas, de las exposiciones que se organizaron en torno a la obra de Molina, una de las cuales se podrá visitar durante toda la próxima semana en Casaplan (avenida Brasil con Eleuterio Ramírez).

Conocido como un destacado exponente de la litografía (grabado sobre piedra), Marko Molina fue invitado a trabajar en el taller de Casaplan desde aproximadamente 2016 y, si bien no era profesor de la técnica -cargo que ocupa el destacado artista Rafael Munita-, su presencia y trabajo en vivo sí influenció a alumnos y artistas, señala Acosta.

"Marko era un litógrafo por excelencia, todos los grabadores en Valparaíso, Santiago y Concepción lo reconocemos desde la litografía, tenía un nivel técnico muy alto, incluso para lo que se hace en Chile", cuenta Acosta, quien recuerda que Marko Molina se formó en los años '80 con el maestro japonés Kazuo Iha, en Brasil, donde estudió en la taller de grabado de la Universidad Federal de Río de Janeiro.

"Cuando Marko comienza a trabajar en el taller de las Escuela de Bellas Artes de Valparaíso, invitado por Virginia Vizcaíno, emerge en la escena del grabado local como una figura importante, y muchos artistas de esos años (comienzos de los '90) y posteriores se vieron influenciados por su imaginario, que se emparenta con una neofiguración", agrega.

Obras emblemáticas

Eulogio Rojas, reconocido coleccionista y gestor cultural de Viña del Mar, posee unas cuarenta obras de Marko Molina, que compró al arista a partir del año 2000, cuando lo conoció. Varias de estas obras forman parte de la exposición en la Sala Viña y del libro que ahora se publica.

"Yo me llevaba muy bien con él porque no era un artista de excesos, era un tipo muy mesurado e inteligente, se podía mantener una conversación de alto nivel, yo aprendí muchísimo con él", recuerda Rojas.

Entre las obras de la colección hay "gráfica, litografías, técnicas mixtas, óleos sobre tela, óleos sobre madera, mucho collage, con distintos materiales, donde hacía un trabajo meticuloso, se demoraba mucho tiempo, no escatimaba esfuerzos ni se proponía plazos para terminar sus obras", apunta el coleccionista.

Rojas reconoce que su colección, así como los trabajos que posee su familia, tienen un valor patrimonial importante, puesto que muchas obras de Marko Molina fueron enviadas y adquiridas a Europa y Estados Unidos, donde su trabajo era muy bien ponderado.