La declaración del Ministro Delgado ante una de las propuestas de la Comisión de DDHH de la Convención Constitucional de sustituir la institución de Carabineros por otro órgano...

"Uno no puede borrar de un plumazo la historia de una institución"

Me recordó la frase...

"Borrar con el codo, lo que se escribió con la mano"

En dónde la guinda de la torta, el mejor ejemplo a la vista, sería el intento de borrar con el codo, la aprobación del VOTO VOLUNTARIO, que suscribieron con la mano en el Congreso, porque como no se les cumplió el sueño dorado, de tener las urnas atiborradas de votos en cada elección, sin tener que moverse del escaño para trabajar y sudar por cada voto, además hicieron agua con la alta abstención, entonces, no se les ocurrió nada mejor, que volver a obligar a la señora Juanita a votar, so pena de onerosas multas en dinero...

Pero olvidan, que la democracia no es en absoluto más participativa, porque participan más personas, obligadas a votar, ya que se contrapone, con el mayor de los atributos que debe poseer toda democracia, y cuya palabra ellos mismos, repiten y repiten hasta la saciedad, la LIBERTAD, en mayúsculas y subrayada, ni más, ni menos...

Luis Enrique Soler Milla

Agosto es el mes de la solidaridad en Chile. Recordamos la figura de San Alberto Hurtado, que la vivió de manera excepcional porque supo ver a Cristo en todos, especialmente en los más necesitados. Y siempre se le puede descubrir en los que tienen otras necesidades, como esta tan actual de la pandemia. Entre todos podemos ser solidarios en este punto, no exponiéndonos y también evitando en lo posible el contagio: en uno mismo, en los cercanos y en la sociedad.

Calza en esta lógica el reciente mensaje del Papa, unido a otros obispos de América, invitando a vacunarse "como un acto de amor". "Un modo sencillo pero profundo de promover el bien común y de cuidarnos los unos a los otros, especialmente los más vulnerables". Necesitamos más que nunca de la solidaridad plasmada de manera concreta. Y precisamente esta invitación brota de la búsqueda del bien común y del bien de cada uno, que es en lo que consiste, esencialmente, el amor. Como consecuencia, promueve, de alguna manera, la esperanza de hacer este mundo un poco más humano y un poco menos expuesto al mal. Esto es así, aunque la esperanza definitiva y total no procede de las vacunas, sino del que nos salva integral y definitivamente del mal. Aunque sea pequeño ese acto, insiste el Papa, es grande si procede del amor.

El amor salva, por eso Cristo redime desde el amor con que se entrega. Fieles a nuestra conciencia y tratando de vivir el amor, sea bienvenida esta invitación del Papa a seguir cuidándonos unos a otros para contribuir a la esperanza, sobre todo a la que no defrauda, que será el tema del próximo Congreso "Católicos y Vida Pública" organizado por Santo Tomás el 1 y 2 de septiembre. Sí, porque el amor y sus gestos concretos nos hace mejores personas y embellecen el mundo.

Esther Gómez

Directora Nacional de Formación e Identidad

Santo Tomás