Así como en el siglo XIX se supo aprovechar las circunstancias globales para consolidar la ciudad y su economía, en el siglo XX no se tomaron los resguardos necesarios cuando cambió la rueda de la fortuna. Aunque los hechos que perjudicaban a Valparaíso eran ajenos y externos, en vez de mitigarlos se acrecentaron. No era culpa de los porteños, por ejemplo, la invención del container que disminuyó drásticamente los trabajos de los estibadores, pero así y todo los portuarios -beneficiados aún por la inercia de los buenos tiempos- "inventaron" el medio pollo y el cuarto pollo, matando poco a poco la gallina de los huevos de oro. Por otra parte, se dice también que la primera generación de migrantes europeos en Valparaíso hizo su fortuna, la segunda la consolidó y la tercera se la comenzó a farrear. Pues así, ni modo pos wey…

Óleo sobre tela

2021

38 cm x 33 cm