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Gabriel boric sobre cómo recuperar a valparaíso

"Hay que terminar con la lógica de amigos y enemigos"

El candidato presidencial de Apruebo Dignidad asegura que esta región le da "esperanza" de cara a las transformaciones que pueden venir.
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Marcelo López M. - La Estrella de Valparaíso

El diputado Gabriel Boric Font (35, Convergencia Social), abanderado presidencial de Apruebo Dignidad, tiene una relación larga con Valparaíso y sus territorios. Acá ha vivido, ha legislado, ha recorrido, ha hecho amigos y perdido otros. Acá se alegró, en mayo, cuando vio salir electo a Rodrigo Mundaca como gobernador, o a cercanos ser elegidos alcaldes como Macarena Ripamonti en Viña o Valera Melipillán en Quilpué.

Acá también recuerda cuando, en 2014, recién llegado y arriba de una micro, iba desde su casa en el cerro San Juan de Dios al Congreso, cuando un pasajero -tras reconocerlo- le reclamó: "'Me dice que el Parlamento no le había traído ningún bien a la ciudad, que era un armatoste feo, y que solo sirvió para subir arriendos del sector. Y tenía razón: en la vorágine parlamentaria, hoy veo cómo se nos pasa el día, encerrados, sin ver Valparaíso. Ahí hay un mal concepto de descentralización", reclama.

Como hombre de regiones -dice-, bogará por empujar cambios en la lógica entre la capital y los territorios. "El desarrollo va a ser con las regiones o no será, porque este centralismo nos daña, nos asfixia, y termina concentrando no solo la riqueza sino también las oportunidades en pocos. Tenemos que cambiar eso", espeta.

-¿Cuál es su visión, tomando como ejemplo a esta región que tiene tantas potencialidades, pero a la vez contrastes: pobreza, sequía, zonas de sacrificio?

-En esta región de contrastes que, como decía la alcaldesa Ripamonti "bajo la alfombra roja se esconde mucho dolor y pobreza", es importante un tratamiento especial, más recursos, más poder a los gobiernos regionales, un ordenamiento acorde a sus necesidades, transferencia de facultades, ley de rentas que permita tributar en los territorios, tratamiento directo de problemas fundamentales.

-¿Cómo abordaría la escasez hídrica, que lo agrava todo acá?

-No podemos hacernos los lesos: sabemos que la sequía ha afectado profundamente estos territorios. Aquí el desafío es abastecer agua potable rural, agua y saneamiento en el Gran Valparaíso y enfrentar tanto la sobrexplotación agrícola y minera de las aguas, como la extracción ilegal. Debemos cambiar el enfoque y avanzar en una restauración ecosistémica: proteger cauces, quebradas, recargar los acuíferos, recuperar los suelos. Sin ello, dependeremos eternamente del camión aljibe y esa no es la idea de nadie en la región.

-Esta región también enfrenta dilemas entre el desarrollo económico y sostenibilidad, como ocurre en Ventanas o también con las ampliaciones portuarias.

-He tenido oportunidad de estar en Quintero, Puchuncaví, San Antonio. El tema es que las comunidades han sido permanentemente excluidas de todo proceso de toma de decisiones. Por ello, vamos a partir garantizando la participación de las comunidades. Nos parece importante que las mejores soluciones vengan de los mismos territorios, no dictadas desde Santiago. Crearemos comisiones de transición justas, asociadas al cierre de industrias contaminantes y reconversión laboral, para que no ocurra lo mismo que pasó en Lota. Hay empresas que sencillamente no son sostenibles en el tiempo y tenemos que avanzar hacia transiciones justas, sin perjudicar a los trabajadores, pero no haciendo desarrollo a costa de la destrucción de la comunidad.

-En el tema portuario, ¿como visualiza que se logren esos equilibrios?

-La región, y en particular Valparaíso y San Antonio, es portuaria. El puerto es algo importante, y se puede hacer una ampliación sin reventar las ciudades. No podemos insistir en esta lógica de que el desarrollo sea a costa del medioambiente y de las comunidades. Eso no es desarrollo. Por eso ahí los empresarios, pero también el Estado debemos entender que las reglas van a ser distintas: si queremos una sociedad cohesionada y sin permanente conflicto, hay que acordar en conjunto nuevas formas de desarrollo.

-¿Requiere Valparaíso una ley especial que permita hacerse cargo de su deterioro?

-Todas las regiones quieren siempre un trato especial y diferenciado. Desde mi perspectiva esto se soluciona con más recursos y competencias a las gobernaciones, los cores y a la sociedad civil. Para poder recuperar Valparaíso se requiere de un esfuerzo y dejar de ver todo desde una perspectiva de amigos y enemigos: tratar de buscar colaboración entre los distintos actores, las empresas, pymes, organizaciones sociales que sueñan con que la ciudad recupere su atractivo.

-¿Confía que el cambio de ciclo político en la región, que sentó a autoridades de su coalición en varios cargos, pueda traerle buen rédito en las elecciones?

-Lo que ha ocurrido en Valparaíso representa lo que es Apruebo Dignidad: no delegar el poder transformador en los partidos tradicionales, sino constituir fuerza propia, pensando siempre de dónde venimos, para no transformarnos en lo que hemos criticado. Rodrigo Mundaca, Maca Ripamonti, Vale Melipillán, son buenos ejemplos y liderazgos esperanzadores. Acá se expresa fuertemente esta voluntad y certeza de que la transformación va a ser cuando logremos hacer síntesis entre los movimientos sociales y la institucionalidad. Que la política no se separe de lo que está ocurriendo en el territorio y en el pueblo. Valparaíso me da esperanza.