Secciones

  • Portada
  • Villa Alemana
  • Actualidad
  • Deportes
  • Servicios
  • Tiempo Libre
  • Estrellas

¿Hacia dónde va la economía?

Expertos de la Escuela de Ingeniería de Transporte de la PUCV analizan esta encrucijada. La clave está en el tiempo que dure el impacto de las cadenas de suministro globales en la inflación de precios.
E-mail Compartir

Por Mauricio Córdova Iglesias

¿Qué nos depara el panorama económico? ¿Llegará el momento en que se termine la ansiedad por la incertidumbre que esto provoca? La crisis actual en las cadenas de suministro globales desatada por la pandemia de COVID-19 no da tregua. La escasez generalizada de productos ha puesto el foco en la gestión de estas cadenas de abastecimiento.

Los docentes de la Escuela de Ingeniería de Construcción y Transporte de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Juan Sánchez Ramos y Armando Guarnaschelli, están investigando este tema y han sacado una serie de conclusiones.

"Múltiples factores han conducido a la situación actual, pero podemos señalar dos de ellos: la incapacidad de los proveedores para adaptarse a la creciente demanda y las intervenciones de los gobiernos, muchas veces equivocadas, para desarrollar soluciones a la escasez de productos inducida por la pandemia. Necesitamos una mejor comprensión de cómo se han desarrollado estos problemas desde principios de 2020 y han resultado en un atasco logístico mundial", señala el profesor Armando Guarnaschelli, de la Escuela de Ingeniería de Construcción y Transporte PUCV.

El efecto pandémico

"Cuando la pandemia se apoderó del mundo en marzo de 2020, los patrones de demanda de los consumidores cambiaron abruptamente. El home office, junto con el cierre de escuelas, impulsó una mayor demanda de casas más grandes, aparatos electrónicos para el hogar, computadores y sus accesorios, servicios de comunicaciones, muebles, juguetes y equipo recreativo. Un cambio tan dramático habría tensado la fabricación en el mejor de los casos. Durante la pandemia, los fabricantes no pudieron adaptarse a tiempo para cerrar las brechas entre la oferta y la demanda, ya que se enfrentaron a la escasez de mano de obra y materiales, cierres intermitentes de plantas y retrasos en los envíos", explica el profesor Juan Sánchez Ramos.

Por lo general, las crisis de oferta de corta duración se disipan rápidamente a medida que el aumento de los precios suprime la demanda y el aumento de la oferta restablece el equilibrio del mercado. Pero contrariamente a lo que sugiere la teoría económica estándar sobre el logro del equilibrio entre la oferta y la demanda, los precios han aumentado en toda la economía, en muchos casos de manera sustancial, mientras que la escasez ha persistido.

Guarnaschelli pide reflexionar sobre lo siguiente: "Consideremos por ejemplo el transporte de mercaderías. Al comienzo de la pandemia, los sistemas de transporte se vieron afectados por las restricciones en los viajes aéreos y los requisitos de cuarentena para las tripulaciones de los barcos y los conductores de camiones interestatales. A medida que los países occidentales volvieron a niveles más altos de actividad económica, los puertos no pudieron procesar los mayores volúmenes de envío. Recordemos que la capacidad instalada podemos considerarla fija, dado que su ampliación se mide en años. El resultado es largas demoras, con barcos anclados durante semanas fuera de los principales puertos, y la consiguiente escasez de contenedores que estaban atascados en los barcos en espera y no se podían utilizar".

El académico recalca que "por otra parte, el costo de flete se disparó: el costo de enviar un contenedor desde Asia a la costa este de los Estados Unidos subió de alrededor de US$ 1,400 por contenedor a alrededor de US$ 20,000. Muchos importadores de productos básicos voluminosos y de valor relativamente bajo (por peso), por ejemplo muebles de madera, no pudieron subir los precios lo suficiente para evitar pérdidas y, en consecuencia, dejaron de realizar pedidos. Sin embargo, muchos otros importadores aumentaron los precios de sus productos. Mientras los consumidores estuvieran dispuestos y pudieran pagar, el mercado se estabilizó a precios más altos. Sin embargo, los nuevos brotes de COVID-19 pueden llevar a una escasez continua y podrían hacer que los precios suban aún más en el futuro".

El drama de los chips

Un excelente ejemplo de los efectos perturbadores duraderos de la pandemia son las dificultades a las que se enfrentan los fabricantes de automóviles, que en conjunto se espera que pierdan unos 110.000 millones de dólares en ingresos como resultado de la continua escasez de microchips.

"A medida que la pandemia se apoderó del mundo en 2020, las ventas de automóviles se desplomaron y los fabricantes de automóviles redujeron la producción junto con los pedidos de semiconductores. Mientras tanto, aumentó la demanda de computadoras personales, se lanzaron nuevos teléfonos inteligentes 5G y la computación en la nube creció sustancialmente. Las empresas de tecnología absorbieron toda la capacidad de producción que tenían los fabricantes de chips. Cuando la economía se recuperó y los consumidores regresaron a las salas de exhibición de los concesionarios, los fabricantes de automóviles y sus proveedores de repuestos descubrieron que los fabricantes de chips tenían poca capacidad disponible para ellos. En efecto, La demanda de automóviles nuevos se disparó en 2021 en Chile y en el mundo. Sin embargo, la disponibilidad de vehículos cero km. disminuyó drásticamente. Como resultado, muchos consumidores están comprando autos usados, lo que también hizo que esos precios se dispararan. A pesar de los precios ya altos, persiste la escasez de productos y los precios continúan aumentando como resultado de la escasez de chips", explica el académico Armando Guarnaschelli.

¿Cuánto tiempo va a durar esta problemática? "Los flujos de productos están aumentando estacionalmente en el período previo a las vacaciones de fin de año de 2021 en el hemisferio norte. Por lo tanto, no debe esperarse ningún alivio antes de fin de año. Sin más intervenciones gubernamentales, es probable que el mercado haya resuelto los desequilibrios hacia el segundo trimestre de 2022. Si bien es probable que la variante delta del coronavirus continúe causando estragos en la capacidad de las plantas en todo el mundo, especialmente en el sudeste asiático, los precios pueden permanecer altos mientras disminuyen la escasez. y, a medida que los precios altos moderen la demanda, el equilibrio del mercado debería volver", concluye el profesor Juan Sánchez.