"Si no levantábamos la voz, íbamos a quedar ausentes del debate"
Ximena Abogabir es la directora de Travesía100, empresa enfocada en cambiar la mirada que la sociedad tiene de las personas sobre los 60 años y aboga por incluir las necesidades de este sector en la nueva Constitución.
Según la OMS, todos los países del mundo están envejeciendo aceleradamente. Entre el 2000 y 2050, la proporción de personas de más de 60 años será el doble, pasando del 11% al 22%; la población de mayores de 80 en tanto, se verá cuadruplicada. Y si bien el debate sobre las pensiones y la vejez digna se ha tomado la agenda de los últimos años, lo cierto es que los principales protagonistas no están siendo escuchados. "Una persona mayor en una etapa bastante plena de su vida, como pueden ser los 60 años para una mujer y los 65 para un hombre, hoy día es calificado como de anciano". Las palabras pertenecen a Ximena Abogabir, periodista, experta en participación ciudadana, gestión local, convivencia sustentable y medio ambiente. Expositora y docente a nivel nacional e internacional, es además integrante del Panel Externo de Revisión del Acceso a la Información del Banco Interamericano de Desarrollo, entre otros cargos. Ella es la prueba tangible de lo que postula Travesía100, la empresa que cofundó: la necesidad de cambiar la percepción sobre las personas mayores desde el asistencialismo hacia la valoración impulsando una madurez productiva.
La también socia de la red global de emprendedores sociales Ashoka y miembro del directorio de "Pegas con Sentido", detalla las múltiples consecuencias que tiene excluir e infantilizar a este segmento etario: "A partir de los 55 años, se te cierran las posibilidades laborales. Un ser humano, aunque sea brillante, si busca trabajo a esa edad, lo más probable es que se le diga está sobre calificado o que no maneja bien herramientas digitales", denuncia.
Ser escuchados
Por eso, posicionar las problemáticas del sector en la opinión pública es fundamental: "Habíamos armado una red llamada Voces Mayores, justamente porque veíamos que venía el debate constitucional y que la voz de los mayores o iba a estar invisibilizada o solo iba a contemplar al colectivo más vulnerable que requiere ser asistido". Este segmento de menores recursos, explica, representaba apenas un 15% del total de la tercera edad, dejando afuera al 85% restante "de las necesidades y las aspiraciones de un grupo empoderado que no quiere que se les cierren las oportunidades; si no levantábamos la voz, íbamos a quedar ausentes". Por eso, junto a 50 organizaciones desarrollaron una consulta con el fin determinar cuáles eran las prioridades por las que luchar, es decir "los derechos que a nosotros nos urgen y que deben quedar reflejados en la Constitución". Con ese objetivo en mente, tomaron la Convención Interamericana para el Derecho de las Personas Mayores como "gran paraguas conceptual", estableciendo, entre otros, el derecho a la salud, a la vivienda, a la participación, a una vida digna y al trabajo.
Cambiar la mirada hacia las personas más grandes es la principal misión de Travesía100, y, como afirma Abogabir, las cifras están de su lado, "el 69% dice que sí quiere trabajar, normalmente porque tiene una necesidad de complementar el ingreso, pero también para mantenerse vigente, para seguir aprendiendo, para no debilitar sus redes", explica. Según la experta, la mejor forma de incorporarlos es a través de los equipos intergeneracionales, donde además de la experiencia, las personas mayores aportan con sus habilidades blandas. Para ella, la edad no es una sentencia y debemos dejar de hablar solo de envejecimiento para comenzar a ver las potencialidades que traen consigo los años.
"La generación nuestra empezó a trabajar muy joven y no paró. Por eso ahora nos acomodan las jornadas parciales, flexibles y el teletrabajo. Nos sentimos más seguros", dice al ser consultada sobre la adaptación de los mayores a la realidad laboral post pandemia. "Al principio costó y había chascarros por todos lados. Nadie te decía 'pero cómo es posible'. Eso te hizo tomarle el gusto y enamorarte de la posibilidad de aprender. Son tantas las ventajas que nos ofreció internet, que no nos detuvimos", agrega.
En efecto, una de las labores a la que más se dedica actualmente, es a los programas de digitalización: "El objetivo es propiciar un mundo en el cual cabemos todos".