UV refunda Sala Negra y homenajea a Juan Barattini
Tradicional espacio de la Escuela de Teatro ahora lleva nombre del recordado profesor y dramaturgo. Temporada fue inaugurada con obra "El Toni chico".
Redacción - La Estrella de Valparaíso
Con la presentación de la obra "El toni chico" de la compañía Geografía Teatral, partió la temporada presencial de la Sala Negra de la Escuela de Teatro UV, que desde ahora lleva el nombre de Juan Barattini Carvelli.
La Universidad de Valparaíso puso una placa en el ingreso de la sala, destacando de esta forma el aporte del académico y dramaturgo, fundador de la unidad académica (1933-2015).
La ceremonia de refundación de la sala contó con la presencia del vicerrector de Vinculación con el Medio, Carlos Lara; el secretario general subrogante, Juan Luis Moraga; el director de la Escuela de Teatro, Claudio Marín; la viuda de Barattini, Marta Contreras, y sus hijos Claudia y Marcos, junto a estudiantes y amigos.
Reconocimiento
Claudio Marín, director de la Escuela de Teatro UV, destacó que "es muy importante realizar una ceremonia presencial para poner una placa distintiva al profesor Juan Barattini Carvelli, fundador de la Escuela de Teatro UV. Nos parece que es un gesto relevante porque pertenecemos a una tradición y nuestros estudiantes deben saber reconocerla".
Tony chico
La compañía Geografía Teatral se encuentra conmemorando sus quince años de trayectoria con el estreno de su nueva versión de "El tony chico", una nueva puesta en escena del clásico de Luis Alberto Heiremans, protagonizada por David Gaete, Barbara Vera, Coca Miranda, Elisa Vallejos, Eugenio "Kone" Morales y Valentina Torrealba.Para su director, Tomás Espinoza, la clave de esta apuesta radica en indagar en el asombro a partir de lo simple: el reflejo de una vida a la deriva, luego de haber visto, sentido y perdido el amor.
"Es la desesperación ante el sentido efímero de las cosas. Es una obra muy existencialista, pues Heiremans la escribió prácticamente agonizando y por eso tiene tanta lucidez y desesperación al mismo tiempo. Es un delirio agonizante, que en su época -los años 60- requería ser representada de manera mucho más realista y que nosotros nos estamos dando la licencia de extrañar, de permitir que el espectador entre de modo más sensorial y alucinógeno al viaje de su protagonista", señala Espinoza.
Sobre el Tony Chico, Landa es su protagonista, un hombre alcohólico que recorre a pie carreteras, sin un rumbo. Su última borrachera lo ha hecho caer inconsciente a un costado del camino y despertar en medio de un circo en decadencia. La extraña aventura parece un sueño: malabaristas, leones y payasos conforman su nuevo entorno. Sin embargo, lo más fantástico es que en este lugar todos están tan a la deriva como él. Así se conforma una familia de errantes, soñadores y esperanzados.