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Buscan anticipar terremotos usando cable submarino

Se encuentra instalado entre Concón y La Serena y pretende dar una aviso 10 segundos antes de los movimientos.
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Redacción - La Estrella de Valparaíso

En el fondo del mar chileno, cerca de donde se encuentran las Placas de Nazca y Sudamericana, un sistema de sensores lleva casi un mes registrando los sismos que han ocurrido en el país. Pero no se trata de una central de monitoreo como las muchas que hay en el territorio, sino que un inédito proyecto que busca, una vez optimizado, lograr detectar antes de tiempo los grandes movimientos telúricos.

La iniciativa es impulsada por el centro de investigación francés Géoazur en colaboración con el Centro Sismológico Nacional de la Universidad de Chile, quienes utilizaron una fibra óptica submarina que otorga conectividad al país para convertirlo en un sensor que, con su privilegiada ubicación, puede registrar datos de primera mano de la zona donde ocurren los más frecuentes e importantes terremotos de Chile.

Para lograrlo se instaló un dispositivo de detección acústica en uno de los 36 filamentos que tiene el "Cable Prat" de la empresa GTD, usando 150 kilómetros de un sector marino entre Concón y La Serena. Sus impulsores comentan que es primera vez que estos experimentos se hacen en cables comerciales, pues antes se había probado en Europa pero en estructuras destinadas exclusivamente a la investigación científica.

Desde su inicio de operaciones a fines de octubre el sistema logró detectar sismos como el de magnitud 5.7 registrado el 3 de noviembre con epicentro a 100 kilómetros de Concón.

Pero anotar los datos de los sismos es solo una parte del proyecto, afirma la dra. Diane Rivet, de Géoazur y del observatorio de la Côte d'Azur. La investigadora detalla que el segundo objetivo involucra desarrollar un sistema de alerta temprana.

Para lograrlo, la experiencia que consigan en este piloto que durará hasta fin de mes esperan que les pueda servir de insumo para crear un prototipo de características similares que, al instalarse en zonas cercanas al origen de los terremotos, permitiría "ganar unos 10 segundos de tiempo, en promedio, en la detección de los sismos".

El director del Centro Sismológico chileno, Sergio Barrientos, señaló que a raíz de este experimento esperan poder expandir estos sistemas por varias partes del país "para tener acceso a registrar terremotos desde un lugar que de otra manera no lo podríamos hacer".

5,7 grados Richter fue la magnitud del último gran sismo detectado en la zona.