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Siempre dan el ejemplo: adultos mayores fueron a votar desde temprano

Con bastones y acompañados de familiares, la tercera edad no claudica en su derecho ciudadano para expresarse en las urnas.
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Matías Valenzuela - La Estrella de Valparaíso

Recurriendo al trillado cliché de "La Fiesta de la Democracia", podemos retrucar diciendo que los primeros invitados en llegar suelen ser los adultos mayores, gracias a su inquebrantable voluntad para ejercer el voto.

Las primeras mesas se constituyeron pasadas las 08.00 horas, y los primeros votantes en depositar las papeletas en las urnas fueron, como suele suceder, los adultos mayores. Aunque en esta jornada electoral, la cantidad de votantes fue más alta que lo que se acostumbra, en las primeras dos horas en que se podía sufragar, la cantidad de personas en los centros de votación seguía siendo moderada, con clara presencia de adultos mayores, que acudían hasta con bastones, y en algunos casos, acompañados de familiares.

Uno de ellos es don Humberto González, que fue acompañado de su esposa Silvia Henríquez al colegio Eduardo de la Barra para hacer ejercicio de su derecho a voto. "Hay que ser chileno de los buenos, votar es importante, es el derecho para poder opinar. He votado en todas las elecciones gracias a dios, y vengo en la mañana para evitar aglomeraciones. Uso bastón hace tres años, la otra vez tuve que votar con voto asistido porque no podía subir (al segundo piso), pero ahora estoy mejor, con mayor estabilidad física así que estoy bien", comentó.

Similar es el caso de Edgar Teper Soto, quien fue acompañado de su pequeño nieto "para que vaya tomando consciencia de lo importante que es votar para cambiar el curso de la política en este país porque no estoy muy de acuerdo con cómo se ha estado gestionando", señaló el porteño, quien asistió debidamente uniformado con los colores de Santiago Wanderers.

Con los niños

En efecto, no fueron pocos los votantes que acudieron con niños pequeños a los centros de votación, incluso fueron los propios menores quienes depositaron los votos, en su primer acercamiento a la educación cívica.

Una de ellas fue la pequeña Trinidad, llevada por su mamá, Caroline Mendoza. "Siempre vengo a votar, vengo con mi hija para que conozca de chiquitita su derecho a votar. Vengo temprano para evitar las filas, y generalmente nos levantamos temprano, así que vinimos en la mañana. En nuestras manos está el futuro, y el futuro de mi hija", expresó la joven de 26 años.

Del mismo modo, Paola Ramírez, sostuvo que "para opinar hay que votar, más que lo hago acá en el Eduardo de La Barra que es un liceo emblemático donde yo estudié tantos años, siempre me ha tocado votar acá".

La porteña también estaba acompañada de su hija. Contó que acudió con la pequeña "para enseñarle un poco de educación cívica".

Kilométricos tacos y filas en centros de votación de Viña del Mar

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Desde muy temprano en el día, se hizo evidente que la cantidad de personas que acudieron a votar aumentó importantemente, respecto de las últimas elecciones, lo que provocó atochamientos y tacos en el centro de Valparaíso y Viña del Mar.

En el caso de la Ciudad Puerto, la realización de la tradicional Feria de las Pulgas del bandejón de la avenida Argentina provocó extrema congestión vehicular, por la eliminación de una pista en ambos sentidos del tránsito, lo que entorpeció el avance de vehículos en los colegios del sector que funcionan como centros de votación.

Para ordenar el avance de la gente, y al mismo tiempo respetar los aforos y protocolos COVID, los delegados organizaron distintos sistemas de ordenamiento. En el caso del colegio San Ignacio de Loyola, en la calle se pegaron adhesivos para separar filas de acuerdo a la mesa de votación. Luis Mondaca, delegado electoral del recinto, explicó que las diez mesas del recinto se constituyeron debidamente, sin ausencia de vocales de mesa, lo que ayudó a recibir votantes de forma más expedita. En cuanto al ordenamiento de la gente, explicó que "por la experiencia que hemos tenido, definimos esta forma de fluidez al proceso, que evita que se generan aglomeraciones dentro ni fuera del local, entonces se genera un aforo de diez personas en la fila esperando, más dos por mesa, entonces aproximadamente hay cien personas dentro del local".

En Viña del Mar, las filas eran más largas, y aunque el avance era rápido, estas se seguían estirando con el correr del día. En el colegio Sagrados Corazones la hilera de gente era tan extensa que doblaba por Traslaviña.

En la Escuela Libertador Bernardo O'Higgins, las funcionarias de Servel recorrían la zona de las filas con carteles indicando que mesas estaban vacías, para evitar que se hiciera una gran fila general, y se ingresara según donde corresponda sufragar. En el Liceo Inmaculada de Lourdes, eran un poco más tecnológicos, y utilizaron un megáfono para indicar por altavoz sobre el avance de las mesas de votación. En general, hubo un gran volumen de votantes, pero el avance era expedito y ordenado.