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El camino de una dupla en la vela inclusiva

Paula y Tomás Miranda son hermanos y compiten en categoría doble del deporte adaptado para personas en situación de discapacidad. Los quipueínos han navegado regatas internacionales en complejas condiciones climáticas.
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Los hermanos Miranda Nevé, oriundos de la comuna de Quilpué, corren juntos los veleros tipo Hansa, un diseño para la vela inclusiva que cuenta con un timón tipo joystick que permite maniobrar y navegar a personas en situación de discapacidad. La dupla compite en categoría doble y se complementa en cada entrenamiento desde hace unos años en las costas de la región de Valparaíso.

Paula es psicóloga clínica y Tomás arquitecto, juntos traspasaron su lazo al deporte luego de que ella sufriera un accidente automovilístico que le produjo una lesión medular, esto al impactar su cuerpo contra el techo del vehículo desde el asiento de copiloto donde iba. Esa noche de fiesta en Viña del Mar marcó un antes y un después en la vida de ambos.

"A la Paula la he apoyado en todo desde que tuvo el accidente que son ya casi 11 años. Cuando se recuperó y comenzó a hacer más deporte la acompañé, hicimos nuestra primera regata y me gustó el tema competitivo. Me interesó bastante la intensidad que tiene el mar, entonces comenzamos a entrenar una vez a la semana", dice Tomás, de 27 años y miembro del club de yates de Algarrobo junto a su hermana.

Ella inició en la vela desde otras disciplinas de la misma rama, "nunca había tenido un acercamiento más allá de andar en kayak y cosas más simples. Fui a mirar, y si me daba miedo no me subía, pero llegué, me subí y no me bajé más, me encantó. De hecho ese mismo año me puse a entrenar y al siguiente fui al primer mundial en Japón", confiesa Miranda, quien además de destacar en su desempeño como velerista, se dedica al modelaje y fue pionera en la región al crear la primera agencia de modelaje inclusivo con las ganas de romper estereotipos.

"Cuando tuve el accidente hace diez años esto era algo impensado, el tema de la discapacidad estaba muy oculto y no ibas a ver una persona en silla de ruedas, con vitiligo o con un cuerpo diferente a lo normado en una pasarela, una portada de revista o un reclame en la televisión", comparte la quilpueína de 32 años sobre su preciado proyecto en paralelo a la navegación.

Mar adentro

La última gran hazaña de la dupla fue en el mundial de vela adaptada Hansa Sailing World que se realizó en la ciudad de Palermo, Italia, durante octubre pasado. Los hermanos pusieron a prueba sus habilidades al enfrentar complicadas condiciones climáticas nunca antes presenciadas por ellos en una instancia así, incluso Paula tuvo un accidente por la baja visión a la redonda.

"Se estrelló un velero con el de nosotros y yo justo iba con el brazo afuera, entonces me pegó y me dejó una contusión complicada, el doctor se sorprendió que no me lo quebrara, porque justo fue la punta, como la proa de la embarcación a toda velocidad en mi brazo. Sentí un dolor horrible, indescriptible, además estábamos navegando en condiciones con mucho viento, de 30 a 40 nudos con olas, truenos y relámpagos que veías caer al agua, al lado tuyo", relata Paula.

La enriquecedora experiencia reflejó la complicidad de los hermanos que lucharon por navegar mar adentro. "Yo estaba en un momento con las cuerdas afirmadas en la boca, estaba tratando de afirmar las velas con una mano, con la otra sujetando a mi hermana y cada vez que podía, cuando bajaba la intensidad, agarraba la pala y trataba de sacar agua porque se estaba llenando el bote, vivimos una regata muy crítica, tipo Silent Hill", recuerda entre risas Tomás, que solo tiene buenas palabras hacia su compañera de aventuras.

"Hemos sido siempre súper compañeros, yo siempre voy a estar para ella y ella para mi, somos muy buenos hermanos y esta es una de las tantas cosas que estamos haciendo juntos y seguiremos así", finaliza.

Camila Rojas Vargas

deportes@estrellavalpo.cl