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"Valparaíso para principiantes y moribundos" por Gonzalo Ilabaca Página XXIII

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Cada cerro porteño es una aldea. Es toda una virtud poder vivir en la lentitud de la provincia y al mismo tiempo en la celeridad de la ciudad urbana a sólo diez minutos caminando. Hay porteños anclados en sus cerros que hace años que no bajan al plan de Valparaíso.

Los conflictos sociales -que son puro inconsciente colectivo- están a flor de piel pintados al color del spray en las paredes de la urbe. Jung, que prefería a los enfermos que a los sanos, estaría sorprendido de todo esto. Seguramente para él, Valparaíso sería la catarsis de un carnaval que siguió en banda. De un carnaval desbocado que comenzó en la noche pero que a diferencias de los otros carnavales como el de Río de Janeiro o el de Venecia, no terminó con los primeros rayos del sol del fin de semana, sino que el desmadre continuó por décadas. Imaginemos esto: Valparaíso recostado en el diván de Jung para ser psicoanalizado. Valparaíso es el libro abierto de América Latina.

Óleo sobre tela

2021

58 cm x 33 cm