En julio del 2021, el entonces candidato a la presidencia, Gabriel Boric, declaró que iba a terminar, abolir (sic) la figura de la Primera Dama en un eventual gobierno suyo.

A días de ser investido como el presidente de Chile, Gabriel Boric confirma que la figura de la primera dama está de vuelta, su propia pareja, Irina Karamanos se encargó de informarlo.

El cambio de posición del presidente electo Boric, para algunos expertos, digamos para la platea, es una contradicción; para la galería, sería como una "voltereta", y que no sería una buena señal.

No sería la primera vez que un presidenta(e) en Chile se hace acompañar por una persona que no sea su esposo(a). Recordar que el 16/03/2014, la entonces presidenta Bachelet, informaba que su hijo Sebastián Dávalos asumiría todas las funciones de "Primer Damo" y absolutamente "ad honorem", durante su segundo gobierno y por los cuatro años, algo que no pudo cumplir debido al caso Caval, renunciando casi un año después de asumir el cargo de "Primer Damo".

Raya para la suma, sea una contradicción y/o voltereta del presidente electo o decisión apresurada o desinformación (me enteré solo por la prensa) con la vivencia de la expresidenta Bachelet, pero a partir del próximo 11 de marzo, Chile seguirá teniendo Primera Dama, regístrese, comuníquese y archívese.

Luis Enrique Soler

Para toda persona es triste y lamentable saber que un ser querido está acusado de haber cometido un delito. Particularmente cuando el imputado es un hijo. Sin embargo, hay que colocarse en el lugar del afectado por una acción vandálica e irracional, como la protagonizada por algunos grupos en el estallido de octubre, que aprovechándose de las legítimas demandas sociales de la ciudadanía, destrozaron bienes públicos y privados. ¿Qué culpa tienen: la locomoción; el dueño de un pequeño y humilde kiosco; las casas; los supermercados etc.? Aceptar y reconocer cuando se merece un castigo es ser consecuente con nuestro accionar fuera de la ley.

Jorge Valenzuela Araya

Llama la atención que en varios locales gastronómicos de Valparaíso, que se presentan como locales de primer nivel y con los mejores productos, no cuenten con garzones profesionales. Me ha pasado más de una vez que me encuentro con trabajadores displicentes, que no están atentos a los clientes, que se esconden para hacer cualquier otra cosa y no atender. O que hacen sentir que uno les está pidiendo un favor al solicitar algo.

Por supuesto que en todos los restoranes no pasa lo mismo, pero en una época crítica para el turismo y el rubro gastronómico sería bueno una evaluación. Tal vez se debe seleccionar mejor, capacitarlos y pagarles lo que merece un servicio bien brindado. De lo contrario, algunos establecimientos nunca mejorarán sus ventas.

Isabel Rojas