Francisca Palma Schiller - La Estrella de Valparaíso

Fue a través de los canales de comunicación del diario La Estrella de Valparaíso, que Lautaro Triviño, investigador del patrimonio porteño, hizo llegar una importante información: ya no suenan las campanas del clásico y querido Reloj Turri de la ciudad Puerto.

Es que con una historia que data de 1924, el reloj importado de París y confeccionado en Gran Bretaña, ubicado en pleno barrio financiero de Valparaíso, tiene una gran importancia y sentido de pertenencia para la comunidad porteña. Por lo mismo, llamó la atención de este vecino.

"En Valparaíso al parecer nadie lo nota, nadie se da cuenta, nadie lo ha percibido. Seguramente por los avatares diarios que vivimos, pero lo cierto es, que en el emblemático reloj del Edificio Agustín Edwards, más conocido como 'Reloj Turri', hace meses que no suenan sus tradicionales campanadas cada cuarto de hora. La información que recabé es que falleció el relojero que le hacía la mantención. Me informaron también, que ya no es posible apreciar la casi centenaria maquinaria por motivos de pandemia", indicó Lautaro Triviño.

Relojero irremplazable

Ante la interrogante, consultamos al administrador del edificio Agustín Edwards qué estaba sucediendo con las campanadas.

Actualmente se encuentran en la búsqueda de un relojero con experiencia. Quien hacía este trabajo desde 1978, Mario Quiroz, falleció hace un par de años y hasta ahora no han encontrado a nadie que lo reemplace.

"El encargado falleció hace años atrás y ahora la persona que quedó a cargo no es relojero, entonces ahí se producen ciertos problemas; de cambiar o reparar algunas piezas, algo que no se ha hecho. Las campanadas suenan, pero no suenan como antes. El objetivo es encontrar a un relojero, relojero", precisó Guillermo Canales, administrador.

Si bien la responsabilidad de mantención del Reloj Turri es completamente privada, realizamos las consultas pertinentes a autoridades de la zona, al encontrarse en un lugar patrimonial de Valparaíso. Desde la municipalidad porteña explicaron que existen programas públicos que permiten tanto a entidades públicas como privadas acceder a fondos para reparar o restaurar edificios o elementos de valor patrimonial para las ciudades.

"A partir de la figuras institucionales y programa de apoyo a temas patrimoniales estas iniciativas, que son de suma relevancia para la ciudad, se podrán gestionar, independiente si son públicas o privadas, ya que esta institución permite poder apoyar este tipo de proyectos".

Una alarma que se activa en el celular de los vecinos cuando el camión de la basura está cerca de sus casas para evitar que quede expuesta en la calle y la posibilidad de fotografiar un microbasural y reportarlo al municipio, indicando su dirección a través de un sistema de georeferencia, son algunas de las funciones que presenta la aplicación móvil AlertAseo, desarrollada por académicos y estudiantes de Diseño e Ingeniería Civil Informática de la Universidad de Valparaíso.

La App quiere ser también una contribución a la educación medioambiental con información sobre las 3R (reducir, reciclar, reutilizar), junto con fomentar el trueque y la donación, ya que los habitantes del sector podrán publicar en la aplicación una fotografía de un producto u objeto que ya no utilicen y lo quieran trocar o donar.

Rossana Bastías, académica de Diseño UV y directora del proyecto, explica que "la iniciativa nace de la observación del problema de la basura y como piloto trabajaremos con el sector de Playa Ancha, en Valparaíso. Por lo general los vecinos dejan la basura fuera de sus casas y los perros la destruyen o no tienen claridad de los días y horas en los que pasa el camión recolector. También queremos aportar a la educación medioambiental y potenciar la cultura del trueque".

La profesora comenta que "el diseño de la App se está trabajando con organizaciones sociales y juntas de vecinos. Durante este año se va a testear el recorrido del camión recolector en un sector de Playa Ancha, para luego, si es necesario, realizar mejoras, ajustes y rediseño. Finalmente se entregará el piloto a la municipalidad porteña, con la idea que sea escalable".

En este contexto se desarrolló un taller de codiseño con vecinos, la mayoría de ellos líderes de las seis organizaciones de base u organizaciones sociales que estuvieron presentes, junto con un representante de la municipalidad.

Alejandro Rodríguez, académico de Diseño y codirector del proyecto, comenta que "la metodología implementada resultó ágil para incentivar la participación de los asistentes. El grupo se dividió en cuatro equipos, quienes respondieron y analizaron los mismos elementos, luego de un trabajo de reflexión individual que permitió que cada uno pudiera expresar su propuesta".