Tras las huellas de Rosario Orrego, la primera novelista y periodista chilena
El investigador Osvaldo Ángel, quien junto a Catalina Zamora y Ricardo Tapia recopiló la obra de la escritora del siglo XIX, habla acerca de su literatura y su rol como comunicadora en Valparaíso.
"Era una noche del mes de septiembre, de ese mes primaveral de brisa tibia y aromática, de cielo puro y despejado; de ese mes que aparece a nuestra vista coronado de flores y cruzando por sobre una alfombra de verdura". Con este párrafo inicia "Alberto el jugador", un libro publicado en 1861 que tiene la particularidad de ser obra de la primera novelista, periodista y académica chilena: Rosario Orrego Castañeda.
Su nombre y figura ha comenzado a tomar relevancia en los últimos años, especialmente a la luz de los análisis de su obra literaria precursora y de su labor en el periodismo, desde donde impulsó con fuerza el derecho a la educación de las mujeres.
Y parte importante de esta puesta en valor corresponde a tres investigadores de esta región, radicados en la zona de La Calera: Osvaldo Ángel Godoi, Catalina Zamora Labarca y Ricardo Tapia Taborga, quienes publicaron, en 2003, la primera antología completa de Rosario Orrego, cuya segunda edición está disponible en estos días en la 40° Feria del Libro de Viña del Mar.
Autora de tres novelas, un importante volumen de poemas y artículos periodísticos, Rosario Orrego es considerada la primera mujer profesional en el ámbito de las letras en Chile, gracias a la intensa labor que desarrolló durante la segunda mitad del siglo XIX.
"Rosario Orrego Castañeda es la primera novelista, periodista y académica chilena", afirma Osvaldo Ángel Godoi, quien mientras vivió en Copiapó tuvo conocimiento de esta talentosa mujer de letras, de la que entonces poco se sabía. Orrego era, de hecho, copiapina de nacimiento, pero vivió buena parte de su vida en Valparaíso, hasta donde se trasladó alrededor de 1853 y donde fundó y dirigió una revista.
Relata Ángel que, estando en Copiapó, estableció que prácticamente no existía material de consulta sobre la obra de Rosario Orrego, más que algunos poemas sueltos en la biblioteca local. Poco después dio con la única antología publicada hasta entonces, una selección de textos editada por Isaac Grez Silva en 1931 pero que, como comprobarían después los investigadores, incurría en severos errores y gruesas ediciones respecto del material original.
Esto los motivó a realizar una antología completa que reuniera de forma fidedigna la obra de esta extraordinaria y adelantada mujer chilena, quien fuera madre de nueve hijos (entre ellos, Luis Uribe, destacado marino en la Guerra del Pacífico) y tía de Arturo Prat.
Sus novelas
Osvaldo Ángel relata el contexto en que se publicó la primera novela de una mujer en Chile: "En 1860 se hizo un concurso de novela, el primer concurso de novela en Chile, y hubo, según los entendidos, tres novelas que postularon. Una de esas era de Rosario Orrego, 'Alberto el jugador'. Ganó Blest Gana con 'La aritmética del amor' y ella publicó su novela al año siguiente, en 1861, como libro, a través de una imprenta en Santiago".
Fueron tres en total las novelas que publicó Orrego. A "Alberto el jugador" se suman "Los busca-vida", editada por entregas en una revista y que quedó inconclusa, y "Teresa".
"Su primera novela, 'Alberto el jugador', habla de las consecuencias del auge del mineral de plata de Chañarcillo. Allí aparecen los tahúres, los problemas de los jugadores. Y también reflexiona sobre las consecuencias de la minería y el proceso extractivista que no le da ningún beneficio a la ciudad y a la sociedad", señala Ángel.
La trama de esta novela se relaciona íntimamente con su vida personal pues su padre, tras el descubrimiento de los yacimientos de plata en la región de Atacama, invirtió en una mina junto a su socio Juan José Uribe, quien sería a la larga el primer esposo de Orrego. Esta bonanza económica habría permitido a Rosario acceder a una buena educación desde niña.
Su posterior novela, "Los busca-vida", publicada por entregas en 1862 y reeditada en 1874 en la Revista Valparaíso -fundada y dirigida por la propia Rosario-, "es su novela más intensa", apunta Osvaldo Ángel, y "aborda por primera vez en Chile la problemática de los pueblos originarios. Habla de la familia chango, de los descendientes de los cacán, oriundos del interior de Copiapó", explica.
La tercera novela, "Teresa", de 1873, aborda una relación de amor en tiempos de la Independencia.
En cuanto a las características de su narrativa, Ángel destaca dos: "Primero, que ella se apropia del contexto social, y segundo es que ella destaca el rol de las mujeres; sus personajes son fuertes, son mujeres complejas, valientes, que toman decisiones, con un peso sicológico distinto a otros autores de la época".
Periodismo
Su rol en el periodismo fue intenso. Contraviniendo las disposiciones sociales de la época que restringían el rol de las mujeres, Rosario Orrego fundó y dirigió su propio medio de comunicación, la Revista Valparaíso (1874), y generó un intenso vínculo con intelectuales. Publicó a numerosos autores, tanto chilenos como peruanos y ecuatorianos, y utilizó su revista para promover una causa fundamental: el derecho de acceso a la educación para las mujeres.
"Ella estaba al tanto de los cambios que se estaban promoviendo en cuanto a los derechos de las mujeres y fomentaba la educación. Es así como su hija fue la primera bachiller en Humanidades en Chile", explica Ángel.
También fomentó una red de colaboración con otras mujeres escritoras e intelectuales de la época que publicaban en su revista, entre ellas, Mercedes Marín del Solar, Lucrecia Undurraga y también sus hijas Regina y Ángela Uribe Orrego.
"Su trabajo como periodista es muy reflexivo. Hay un artículo llamado 'El lujo y la moda' donde cuestiona esos temas, que son muy actuales. Rosario era una mujer muy inteligente, una intelectual adelantada a la época, y todo lo logró por su propio esfuerzo y la energía que desplegaba en esto", señala el investigador calerano.
Poesía
Su poesía, añade Ángel, no era de vanguardia; escribía sonetos y cuartetos en formato clásico; "sin embargo, es de alta calidad", apunta el investigador, quien cita sus versos: "No veré más esos lugares / do crecen los chañares".
"En dos versos habla de su vida, de su venida a Valparaíso y habla de los chañares que son característicos de Copiapó. En solo dos versos logra grandes profundidades", señala.