Falsas expectativas
A partir de una serie de errores no forzados y disparates propuestos por algunos convencionales constituyentes, poco a poco surge la idea de que la opción "rechazo" podría imponerse en el plebiscito de salida. Como era de esperarse, algunos personeros de la derecha no tardaron un segundo y salieron a reforzar esta idea que, en rigor, es propia de quienes no saben interpretar los resultados electorales.
En el plebiscito de entrada el 78,27% de los ciudadanos votaron por aprobar el proceso de redacción de una nueva Constitución. Y más recientemente, en el balotaje presidencial Gabriel Boric derrotó por 55,87% a 44,13% a José Antonio Kast.
Lo que la derecha no logra aún entender es que las elecciones no se ganan por osmosis o buena voluntad: se ganan en terreno, en la calle, con las personas. En el fondo, entender la realidad en la cual están insertos, poniendo a las personas en el centro.
Si la derecha piensa que las chambonadas de algunos convencionales podrían incidir en el resultado del plebiscito de salida es que siguen sin entender nada, ajenos a los territorios.
Las personas no tienen por qué entender si es importante un congreso bi o unicameral o un Banco Central autónomo. Pero sí saben de cesantía, de no poder poner el pan sobre la mesa, de no poder acceder a una salud oportuna y digna, de no poder hacer realidad el sueño de la casa propia y de vivir en un país con educación para ricos y otra para pobres.
Veremos si la derecha, y sectores moderados, logran mejorar el árbol de navidad o, simplemente, se resignan a abrir la caja de Pandora.
Rodrigo Durán Guzmán