Los promotores del proyecto de Ley de Fármacos II prometen a quien quiera escucharlos que los precios de los medicamentos en nuestro país serán más baratos y se reducirá con ello el gasto de bolsillo de las familias chilenas, pero… no han dicho cuánto ni cuándo.
Este detalle es trascendental pues la magnitud de esa baja nos permitirá saber si este proyecto es un maquillaje y los medicamentos bajen solo entre un 10% a 15%, o una reforma de verdad y los precios bajen ostensiblemente y se acerquen a los precios de mercados no abusados por la industria farmacéutica.
Pero no lo sabemos, pues a lo largo de la tramitación, los autores y promotores de esta iniciativa se han negado sistemáticamente a dar una respuesta a esta pregunta, lo que impide determinar el alcance de esta política y genera razonables dudas de su verdadera vocación, cuando se les consulta con ejemplos concretos, tomando como base los precios a público en la Comunidad Europea y comparándolos con los escandalosos precios que se cobran en Chile.
Nuestra pregunta sin respuesta es: ¿cuánto bajarán los precios para nuestros enfermos con la regulación propuesta por los senadores Girardi, Quinteros y donde, a última hora, por razones que no entendemos, se ha colgado el Gobierno actual? ¿O será tal vez como un acto con el cual creen poder redimirse de tanta promesa incumplida en salud?
Y también que respondan cuánto subirán los medicamentos genéricos, aquellos de menor precio, que verán sus valores incrementados producto de la tarifa de dispensación, lo que será un golpe bajo a los bolsillos de los más necesitados.
Como consumidores que durante años hemos pagado en promedio hasta diez veces más en Chile, aspiramos a que con esta gran solución denominada Regulación de precios, los enfermos chilenos, comencemos en un futuro próximo a pagar por lo menos lo mismo que los enfermos de los países europeos o sus vecinos.
Patricio Novoa Valle
Daniel Zapata Zapata