El convencional Rojas Vade afirmó recientemente sentirse "obligado" a retomar sus funciones en la convención.

Lo que Rojas Vade omite, muy convenientemente, es que su situación es consecuencia del entramado de mentiras y falsedades con las cuales no sólo estafó económicamente, sino que además le permitieron alcanzar un escaño en la Convención Constitucional, ente responsable de elaborar la nueva Carta Fundamental que regirá los destinos del país.

Si bien la ciudadanía tiene mucha responsabilidad en la elección de sus representantes, convengamos que Rojas Vade no sólo mancilló la probidad y fe pública sino que, a la fecha, sigue percibiendo su remuneración y operando en la más absoluta impunidad.

La pregunta es obvia: ¿queremos que personajes de esta calaña definan el presente y futuro de Chile?

La respuesta la tendremos en nuestras manos, chilenas y chilenos, en el plebiscito obligatorio de salida.

Rodrigo Durán Guzmán

Esto de las guerras no es cuento nuevo, siempre, en todos los países, existen "cabezas calientes". Son seres desquiciados, amargados, su único pensamiento es gobernar para someter a los demás. Chile no es la excepción. Hemos tenido dictadores que han dejado la escoba. Ellos justifican su actuar, diciendo que las dictaduras cortas logran que los países avancen. Pero, la verdad es, que no existen dictaduras cortas. Ellos se auto glorifican. Toman las riendas y no las sueltan jamás. Hay que sacarlos por la fuerza. No es fácil. Ellos se atornillan al sillón. En nuestro mundo hay muchos que se tildan de presidentes, pero son verdaderos dictadores. Rusia, desde el tiempo de los zares, ha sido una potencia mundial. La actual no solo desea someter a Ucrania. Eso es solo el comienzo de su actuar. Felizmente en Chile, los dictadores están a la baja, solo sueñan con la guerra, cuidado, pueden despertar.

Renato Norero

Es tan triste el abandono de Valparaíso que ya cualquier denuncia o queja parece chiste repetido. Como que nada sorprende. Pero soy porfiada y voy a insistir: hace unos días llevé a mi hijo a vacunarse al parque El Litre; con una amiga pensamos que sería buena idea. Y sí, no hubo ningún problema en el procedimiento, pero quedamos con un sabor amargo al ver el barrio. Recuerdo que de niña me llevaban al consultorio que funcionaba por ahí y me parecían tan bellos los jardines. Lo que hoy queda no es ni una sombra de aquello. Para qué hablar de la calle Hontaneda, donde viven personas en situación de calle en rucos, carpas, colchones o lo que sirva para dormir. "Situación de calle", qué eufemismo más terrible para nombrar lo que nadie quiere ver ni solucionar.

Isabel Rojas