Museo homenajea a la artista Ana Cortés
Desde hoy tiene su propia sala en el Baburizza. Fue la primera mujer profesora en la Escuela de Bellas Artes y la primera en recibir el Premio Nacional de Arte.
De los más de 200 artistas cuyas obras forman parte de la vasta colección del Museo Municipal de Bellas Artes de Valparaíso, integrada mayoritariamente por pinturas del siglo XIX y XX, apenas doce son mujeres.
Doce. Un exiguo 8% que habla de otras épocas en que los hombres dominaban -como en muchas otras áreas- el campo cultural del arte y las mujeres aparecían más como modelos que creadoras.
Como una forma de visibilizar el trabajo y el legado de aquellas mujeres artistas que se abrieron camino en el ámbito del arte, pese a los obstáculos culturales y sociales imperantes, el museo porteño eligió este 8 de marzo -Día Internacional de las Mujeres- para inaugurar una nueva sala dentro del recinto, dedicada a una de las artistas chilenas que forman parte de su colección y quien fue, además, una de aquellas mujeres que abrieron una senda en el arte nacional.
Porque Ana Cortés Jullian (1895-1998) no solo fue la primera mujer en impartir clases en la Escuela de Bellas Artes y la primera mujer en obtener el Premio Nacional de Arte en mención pintura (1974), sino que además innovó en la pintura chilena con sus propuestas abstractas, contribuyendo a renovar el campo de arte visual en las primeras décadas del siglo XX.
Hoy, Ana Cortés Jullian tiene su propia sala en el Museo Municipal de Bellas Artes de Valparaíso, vecina de la sala Juan Francisco González, su maestro, de quien Ana fuera una alumna aventajada. Son los únicos dos artistas del museo que tienen sala propia.
Cuatro obras
Francesca Fuentes, encargada de mediación del Museo Baburizza, quien lideró la presentación de la nueva sala, explica que Ana Cortés tuvo un papel importante en el desarrollo de las vanguardias de la pintura en Chile.
"Vivió su infancia y adolescencia en Francia, y recibió la influencia de la Escuela de París, conocienco el cubismo y decantando hacia la pintura más abstracta", señala.
También incursionó en el afichismo, técnica que enseñó en la Escuela de Artes Aplicadas de la Universidad de Chile desde 1930 y durante tres décadas.
Después de estudiar con Juan Francisco González en Chile, Ana Cortés regresó a París en la década de 1920 y tomó clases en el taller de André Lothe, uno de los referentes más importantes del cubismo francés. Conoció múltiples museos en Europa, donde se empapó de los nuevos movimientos estéticos y tuvo acceso a experiencias que entonces estaban vedadas a las mujeres artistas en Chile.
Paulatinamente se fue alejando del naturalismo imperante en la pintura chilena y, de regreso en Chile, comenzó a explorar un estilo más abstracto.
Ambos estilos están presentes en la sala dedicada a ella en el Museo Baburizza, donde están reunidas cuatro de sus obras. Por un lado, dos pinturas de pequeño y mediano formato de temática naturalistas, que muestran un mercado y una carreta; y por otro, dos obras de gran formato que despliegan la exploración abstracta que desarrolló Ana Cortés en su pintura.
UNIDAD DE GéNERO
Junto con la inauguración de la sala Ana Cortés, el Museo Municipal de Bellas Artes anunció la creación de una Unidad de Género, que coordinará Tamara Candia, encargada de Comunicaciones del recinto.
"Desarrollar estrategias paritarias en el museo es una responsabilidad tremenda que tenemos las instituciones culturales, especialmente las de bellas artes, quienes durante años ocultaron el rol de las mujeres artistas", explica Candia.