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Ascensores: el problema permanente de Valparaíso

El déficit de estos emblemas porteños se acarrea desde hace una década. Este atractivo turístico y medio de transporte es fundamental en el puerto y su falta afecta la economía de los porteños y locatarios de los cerros.
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Constanza Galarza - La Estrella de Valparaíso

Es imposible imaginar a Valparaíso sin sus ascensores, son las arterias de la ciudad y forman parte de la identidad porteña, pero en los últimos años solo han servido de decoración. De los 16, 5 de propiedad municipal están operativos: San Agustín, El Peral, Reina Victoria, Barón y de manera intermitente, el Polanco.

Estos medio de transporte únicos, nacieron para conectar los cerros con el plan y facilitar la vida de las personas. En el siglo XIX treinta ascensores estaban al servicio de la comunidad y de esos solo 5 están activos en la actualidad.

Los problemas empezaron el 2012 cuando el Gobierno Regional, en el marco de "Legado Bicentenario" adquirió 9 ascensores patrimoniales para su recuperación y mejoramiento: Cordillera, Espíritu Santo, Concepción, Villaseca, Artillería, Monjas, Floriday Larraín y Mariposas. Pero de este gran proyecto patrimonial, hasta fecha, solo hay pagos fantasmas y problemas con las empresas que licitaron para llevar a cabo su restauración.

Promesas y problemas del MOP

Las licitaciones fantasmas, irregularidades y falta de fiscalización son problemas que han marcado la restauración de este patrimonio. Ejemplos recientes son los casos de Monjas, en el que se gastó en obras no ejecutadas, y Villaseca, en el que se desembolsaron, sin justificación, 83 millones en obras adicionales.

Los contratiempos del Monjas y Villaseca dieron pie a un sumario por parte de Contraloría que sigue abierto y que esperan solucionar con los antecedentes que entregue la Dirección Regional de Arquitectura. "El 2019 los contratos fueron liquidados anticipadamente por el MOP debido a incumplimientos de los contratistas", aclara el Ministerio de Obras Públicas (MOP) de Valparaíso.

El 3 de enero el MOP informó la apertura del Concepción, Cordillera y Espíritu Santo para finales de marzo. Reparación que tiene destinada una inversión sectorial de $357.154.006 millones de pesos. Pero ante los problemas en la construcción la inauguración se va a demorar aún más tiempo.

El retraso se debe principalmente a falta de piezas para arreglar la maquinaria a causa de la pandemia. Debido a esta complicación, la seremi informó que los 3 ascensores estarán terminados en mayo y su apertura está agendada para final del 2022.

"Una vez que concluyan estos trabajos, se procederá a un exhaustivo programa de pruebas de estos ascensores y de capacitación de quienes estarán a cargo de su operación y mantenimiento, razón por lo que su entrada en operación se proyecta para el tercer trimestre de este año", aclaró el MOP.

Con respecto al resto de los ascensores en septiembre el Gobierno Regional va a elaborar un nuevo modelo de gestión para los ascensores. "Una vez que este nuevo modelo de gestión sea entregado al Ministerio de Desarrollo Social y Familia (Midesof) y se obtenga la recomendación satisfactoria de su parte, el MOP podrá identificar los recursos de su presupuesto sectorial y publicar las respectivas licitaciones", reveló el MOP.

Un medio de transporte

Más que un atractivo turístico, los funiculares son un importante medio de transporte para los vecinos de los distintos cerros de Valparaíso, quienes, a falta de estos, deben optar por alternativas mucho más costosas para llegar a su hogar. Para el presidente de la agrupación de Ascensores de Valparaíso (Ascenval), César Andrade, "la vida cotidiana se hace más cara y difícil principalmente para los adultos mayores que no tienen más alternativa que quedarse en la casa o pagar un taxi".

"Mira primero indicar que los ascensores de Valparaíso no son solamente un adorno o patrimonio, hoy día son parte del transporte y son útiles para el día a día de la población de Valparaíso", comenta la consejera regional Nataly Campusano.

El año 2015 se modificó la ley 28.077 que establece a los ascensores como medio de transporte público y la ley 20.378 que los habilita para acceder a los subsidios que otorga la ley espejo del Transantiago. A pesar de los intentos legislativos, esta nueva categoría no sirvió de mucho, ya que al no poseer un reglamento de mantención y seguridad los ascensores no cumplen con los requisitos necesarios para obtener fondos.

Ser patrimonio también les agrega una dificultad adicional a los funiculares, ya que le añade una traba al momento de las licitaciones y la reconstrucción. Por lo que si ocurre alguna falla en la maquinaria se debe seguir un extenso y burocrático camino para solucionarlo.

Mantención y financiamiento

En los cerros la falta de este transporte es crítica. Los vecinos llevan alrededor de una década esperando estos arreglos y los avances han dejado mucho que desear por parte de la comunidad.

Los usuarios de los ascensores porteños critican la falta de transparencia y coordinación entre las autoridades, que se traduce en promesas poco claras hacia la ciudadanía. "Le consultamos al MOP la semana pasada y no hay respuesta…cambiaron las autoridades y no nos dejaron con alguien con quien conversar", reveló César Andrade.

Para el consejero regional, Manuel Millones, los desafíos que presenta este transporte es que no hay alguien que se haga cargo exclusivamente de la mantención de los elevadores y no hay un plan para que estos se puedan autofinanciar.

"Yo creo que el problema de fondo es alinear las voluntades políticas, pero no solo ver el tema de la reparación como el Concepción que se cae y después hay que recuperarlo lo antes posible, el tema de fondo es quien se va a hacer cargo de los ascensores", reveló Millones.

La ciudadanía también comparte la inquitud del consejero. "Lo que nos importa es que se cree una institución o una empresa de transporte que se haga cargo de todo, que se haga cargo cuando un ascensor se echa a perder, que la misma empresa se haga cargo de recuperarlo en el corto plazo", proponen desde Asceval.

Para que todo servicio funcione, éste tiene que tener la capacidad de financiarse y para los Consejeros Regionales esto se puede lograr aprovechando las ganancias de los ascensores más atractivos. "Muchos de ellos no rentan y los que rentan tienen que amortiguar los que no y tienen que financiar los que producen déficit", comentó Mllones.

La recuperación de estos funiculares también traerá una reactivación de la economía, haciendo más accesibles muchos locales comerciales que se encuentran lejanos al plan de Valparaíso. "Hoy tenemos que gran parte de los ascensores en Valparaíso no están en uso y eso merma el día a día del porteño y su economía, parte importante de algunos lugares estratégicos que tienen locales, hotelería y esto definitivamente ha mermado esos espacios", señala Nataly Campusano.

En busca de soluciones

Para dar pronta solución a este problema varias instituciones regionales necesitan llegar a acuerdos, lo que requiere la voluntad política de estos distintos actores. Por ejemplo, pese a que los que no están operativos son en su mayoría del Gobierno Regional, el municipio no se encuentra ajeno a esta problemática.

"En la última reunión que tuvimos con el ministro de Obras Públicas, Juan Carlos García, nos señaló que le dará prioridad al tema, realizando un trabajo en conjunto entre el MOP y la municipalidad. Con la gran crisis en la movilización pública que hoy vive la ciudad y la región, en donde los ascensores son un excelente medio de transporte, confiamos en lo que podamos realizar con el ministro, trabajando para que los ascensores se entreguen a la comunidad a la brevedad posible". destacó Adriana Saavedra, directora de Desarrollo Económico de municipalidad porteña.

Debido a su condición como patrimonio, medio de transporte y atractivo turístico, la restauración y pronta entrega de los ascensores se ha convertido tarea casi imposible para las autoridades encargadas de dar solución a esta problemática.