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"Vamos a necesitar más apoyo porque está subiendo todo, el pan, el aceite..."

Comedores solidarios siguen poniendo el hombro a la adversidad a punta de empuje y actividades. Bingos, platos únicos y completadas, junto a donaciones de particulares e instituciones, les permiten asegurar un plato de comida sus vecinos. Comedor itinerante del campamento Esperanza 2011 reparte 500 raciones diarias.
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Mirian Mondaca - La Estrella de Valparaíso

"El costo de la vida sube otra vez, el peso que baja ya ni se ve", reza una canción noventera del dominicano Juan Luis Guerra. Tres décadas después y lejos del Caribe, hoy esa letra hace más sentido que nunca en Chile y en la región: los precios de productos, especialmente alimentos, por las nubes hacen que cada vez cunda menos el salario mensual.

Cómo hacer rendir el sueldo para tener un plato de comida cada día es hoy una preocupación que quita el sueño en los hogares más vulnerables.

Y aquella inquietud se multiplica en el caso de quienes han asumido la desinteresada labor de encabezar ollas comunes y comedores solidarios.

Si bien a medida que la pandemia comenzó a dar algo de espacio para que los y las jefes de hogar retomaran sus trabajos y así volver a tener un ingreso económico seguro, el alza en los precios de los productos básicos hace temblar nuevamente los bolsillos y, con ello, la labor de estas iniciativas comunitarias para entregar alimento a quienes más lo necesitan recobra importancia.

Redes solidarias

Aunque la cantidad de ollas comunes o comedores solidarios bajó en el último tiempo, tras la peor etapa de la pandemia, existen algunas de estas iniciativas que continuaron su labor sin cesar, como es el caso del comedor solidario itinerante del campamento Esperanza 2011, de Nueva Aurora, en Viña del Mar.

Aunque nació en ese sector, extendieron su labor desinteresada a distintos sectores de la parte alta de Viña del Mar y también de Valparaíso.

Para seguir con su labor han tenido apoyo de particulares que donan de forman anónima; también de agrupaciones como Twitteros Solidarios e instituciones como Techo, y de la Seremi de Desarrollo Social anterior.

Pero los recursos no dan abasto muchas veces, por lo que permanentemente realizan actividades para reunir fondos. En esta ocasión, preparan un bingo para el 30 de abril, para lo cual ya se dieron a la tarea de reunir premios (quien desee colaborar puede escribir o llamar a Rosa Silva al +56952376877).

Los esfuerzos que realizan para mantener su labor son permanentes, por eso también sienten desazón por la vinculación que se hizo de las ollas comunes con narcotraficantes y delincuentes, en voz de la alcaldesa de Viña del Mar, Macarena Ripamonti

"Estamos bien aburridos de este temita porque nosotros, todas las ollas comunes que yo conozco de Valparaíso y Viña del Mar, todas hacen lo que más pueden de sus bolsillos y actividades para seguir con las ollas comunes", remarca Rosa Silva, una de las impulsoras del comedor solidario itinerante.

Reactivación

Junto con señalar que lamenta el aprovechamiento que se hace del tema en ocasiones, ya que "hay muchos políticos que tienen esa maña de hablar de las ollas comunes y ni siquiera han sido capaces de aparecer en las ollas comunes, pelando una papa o repartiendo almuerzo", indica, la dirigenta reconoce que el momento actual es tan complejo para la economía familiar que incluso existen iniciativas de este tipo que se reactivarán en varios sectores.

"Nosotros sabemos que varias ollas ya están en conversaciones, que van a reactivarse", revela.

Pese a nacer en Nueva Aurora, este comedor solidario itinerante tiene la virtud de ayudar a toda olla común que lo necesite. Aquello es destacado por la también impulsora de esta iniciativa, María Bastías, quien reconoce que "no nos alcanza con las ayudas que nosotros recibimos", pero de igual forma señala no dudan en compartir lo poco que pueden llegar a tener.

Samanta Ferreira, también impulsora de este comedor solidario itinerante, junto con señalar que viven al día, reconoce que van a requerir mucha más ayuda y espera que el rol del Estado sea más activo.

"Nosotros vamos a necesitar mucho más apoyo porque está subiendo todo, el pan, el aceite, todo lo que tiene que ver con la canasta familiar básica. Si no alcanzó ayer, menos va a alcanzar mañana", dice.

El comedor solidario itinerante del campamento Esperanza 2011 entrega 500 raciones de alimentos diarias, de lunes a viernes. Una ardua labor que, anuncian, continuarán realizando pese a las adversidades. Un plato en la mesa no puede faltar: esa es la motivación de sus impulsores e impulsoras.

"Nosotros sabemos que varias ollas ya están en conversaciones, que van a reactivarse"

Rosa Silva, dirigenta