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Un siglo de "Desolación"

Sin proponérselo, el primer libro de Gabriela Mistral no se publicó en Chile, sino en Nueva York, el año 1922. Acusada en la escuela de "débil mental", obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1945.
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Por Juan Guillermo Prado

Su nombre era Lucila María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga, pero fue conocida como Gabriela Mistral, nombre que adoptó en homenaje a dos poetas: Gabrielle D'Annunzio, italiano y Frédéric Mistral, francés. Nació en la ciudad de Vicuña en 1889 y en su infancia residió en el pueblo de Montegrande, en el valle de Elqui.

Su padre abandonó el hogar cuando tenía tres años y a pesar de aquello Gabriela escribió: "Mi recuerdo de él pudiese ser amargo por la ausencia, pero está lleno de admiración de muchas cosas suyas y de una ternura filial profunda".

Vivió rodeada del cariño de su madre Petronila Alcayaga y su media hermana Emelina Molina Alcayaga, quien fue su primera profesora.

Pero su tranquila existencia se rompe violentamente al ingresar a la escuela en Vicuña. Allí tiene como profesora a Adelaida Olivares quien, a causa de su ceguera, la utiliza como lazarillo. Solo permaneció cuatro meses en el establecimiento, pues su profesora la acusa de haber robado papel de la escuela y al salir de clases sus compañeras la apedrean sin piedad. Su maestra indica que es "débil mental".

Sonetos de la Muerte

En 1906 conoce a Romelio Ureta de quien se enamora. Pero en 1909 este se suicida por las deudas contraídas. En 1914, la poetisa triunfa en los Juegos Florales con los "Sonetos de la muerte", que se relacionan con ese trágico amor.

Por causa de su timidez, Gabriela no estuvo en el escenario y contempló la ceremonia desde la galería de un teatro santiaguino.

En 1922 fue invitada por José Vasconcelos, ministro de Educación de México, para que se sumara a la reforma educacional que estaba instaurándose en ese país. No todos estuvieron de acuerdo. Arturo Alessandri, Presidente de Chile, ese año escribió que ella "no era la representante efectiva y alta de la enseñanza femenina en Chile que los de afuera creían".

Estando en México se publica en Estados Unidos su primer libro, "Desolación". Para saber por qué se editó en un país tan lejos de su tierra natal, conversamos con Pedro Pablo Zegers, director de la Biblioteca Nacional y estudioso de la poeta.

-¿Cómo calificaría el libro "Desolación"?

-En primer lugar, "Desolación" es el primer poemario oficial de Gabriela Mistral. Publicado en los Estados Unidos en 1922, por el Instituto de Las Españas, que se alojaba en la Universidad de Columbia, Nueva York. Federico de Onís dictó una conferencia sobre una poeta y profesora chilena, conocida como Gabriela Mistral, seudónimo de Lucila Godoy Alcayaga, a un grupo de estudiantes de español en la Universidad de Columbia. Allí dio a conocer algunos poemas y el asombro de esos profesores por la maestra elquina provocó que Onís solicitara a Gabriela la publicación de un conjunto de sus poemas. Así surge la idea de publicar a Gabriela en 1922. Es necesario aclarar que Gabriela Mistral no tenía en mente publicar su obra y solo por la insistencia de Federico de Onís cede a esa determinación. Este libro fue una iniciativa ajena y así se lee en las preliminares de la edición de 1922: "Era natural que viese constantemente solicitada la publicación de sus obras, como ha ocurrido; y si no se han publicado ha sido por su constante resistencia a hacerlo. La modestia genial que hay en el fondo de esta actitud es sin duda admirable; pero debemos alegrarnos todos de que al fin haya sido vencida por la demanda sincera y desinteresada de nuestros maestros norteamericanos. He aquí cómo de la coincidencia de sentimientos generosos y elevados ha nacido este libro".

-El poema "Desolación" ¿con qué tiene relación?

-Esta obra es el resultado de numerosos trabajos, tanto en prosa como en verso, que Gabriela publica en revistas y periódicos tanto de Chile como en el extranjero. La obra se inicia o comienza a tomar forma durante su estadía en Los Andes, una de las más prolongadas de Gabriela durante su periplo por Chile. Es aquí donde también en 1914 participa en los primeros Juegos Florales de Santiago, organizados por la Sociedad de Escritores y Artistas, y logra la más alta distinción al obtener la orquídea y el diploma de honor por sus famosos "Sonetos de la muerte". De allí en adelante, Lucila Godoy se transforma en Gabriela Mistral. Años después, en 1918, Gabriela Mistral es trasladada a Punta Arenas, como directora del Liceo de Niñas de la ciudad. Allí continúa con su escritura del primer poemario, sin siquiera saber que ya se estaba perfilando su ópera prima. Es más, mucho de su experiencia cotidiana y la otra, la más trascendente, quedan plasmadas en ese poemario. El paisaje desolado que sus ojos ven cuando visita Puerto Natales en camino a la Torres del Paine, seguramente influyó en esa escritura y ese título del libro. La tala y quema de los árboles para contar con mayores suelos para la ganadería, etcétera, serán el escenario que va a ilustrar a la poeta.

-¿La figura de Cristo qué importancia tiene en "Desolación" y en sus otros libros?

-Es de conocimiento general la inclinación de Gabriela hacia los temas religiosos. Ella tuvo una formación cristiana ortodoxa, debido a la influencia de su abuela materna, Isabel Villanueva, conocida en La Serena como "la teóloga". Fue ella quien leía a la joven Lucila, sentada en un pequeño banquillo, largas tiradas del Antiguo Testamento y allí se fue familiarizando con la antigua tradición cristiana. De allí su motivación más adelante en tener a la religiosidad como uno de los motivos fundamentales de su obra. Por cierto, es poco conocido el paso de Gabriela por la masonería o logias de la provincia. Tuvo cercanía con ellos en la logia Destellos de Antofagasta; más adelante tiene cercanía con el orientalismo y se le ve muy cercana al budismo. Al final de sus días, cuando todavía hablaba de sí misma como "esta vieja budista", Jacques Maritain aparece en su vida, para acercarla a su origen cristiano.

Una vida paradojal

El 14 de agosto de 1943 el mundo se derrumbó para Gabriela. Ese día su sobrino Juan Miguel Godoy, de 18 años, con quien vivía en Petrópolis, se suicidó bebiendo arsénico.

Él, a quien llamaba "Yin Yin", que en sánscrito quiere decir "fiel", la había acompañado en su vida trashumante desde los 4 años, amándolo como a un hijo.

En esa ciudad brasileña, el 15 de noviembre de 1945, por un llamado telefónico, la poeta supo que había obtenido el Premio Nobel de Literatura. Fue la primera vez que América Latina recibía este galardón. Hoy nadie recuerda en Petrópolis donde residió la gran Gabriela.

"Mucho de su experiencia cotidiana y la otra, la más trascendente, quedan plasmadas

en ese poemario".