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Las abejas se estresan y polinizan menos cerca del tendido eléctrico

Estudio de la Universidad de Talca, arrojó que les sube la temperatura y disminuyen en hasta 60% su productividad. Lo mismo les pasa con las antenas.
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G. Rodrigo

Las abejas son fundamentales para polinizar plantas y árboles, pero su población disminuye a nivel global. A la sequía, los fertilizantes, los pesticidas y la falta de naturaleza nativa, se suma ahora una nueva amenaza: el tendido eléctrico y las antenas de celulares.

Esto, porque un estudio realizado entre 2016 y 2020 por la Universidad de Talca, arrojó que a más cercanía de estos elementos con colmenas, más estrés sufren las abejas, y si están estresadas, polinizan menos y por lo tanto, hay menos producción de vegetales.

El investigador responsable y académico del Instituto de Ciencias Biológicas de esa casa de estudios, Marco Molina, explicó que "cada vez que una abeja se acerca a un tendido eléctrico o una antena de celular se estresa y, por lo tanto, aumenta su temperatura interna y disminuye el servicio de polinización (...) producen un aumento en las enzimas relacionadas al estrés como la ornitina descarboxilasa. También hemos encontrado otros indicios que tienen que ver con el aumento de 'heat shot proteins', que son indicadores de estrés".

Para llegar a esta conclusión, se utilizaron cerca de 400 abejas, 500 flores con y sin presencia de abejas, con campo magnético, sin ella, con polinización manual y sin ésta, de manera de tener cubiertos los mayores factores posibles, además de simular escenarios con y sin campos electromagnéticos.

"Es increíble la disminución (de polinización) que genera. O sea, una planta que esté en un lugar cercano a un campo electromagnético, a las abejas les genera una perturbación tan grande en su comportamiento que entre 50% y 60% de individuos quedan sin ser polinizados", dijo Molina, agregando que esto repercute en una disminución en la producción de los alimentos, "por lo tanto, se pone en riesgo la seguridad alimentaria".

20 metros

Según Molina, una forma de aportar en este fenómeno es aumentar las distancias entre los campos de producción o enterrar el cableado. "El campo electromagnético tiene una tasa de extinción de 20 metros, por lo tanto, si uno puede distanciar las torres o las antenas posicionarlas en un lugar 20 metros más alto de lo que están, el campo electromagnético disminuye de tal forma que podría ser casi inocuo", sostuvo.

La veterinaria especialista en salud apícola e investigadora en el Centro de Biotecnología de sistemas de la Universidad Andrés Bello, Leslie Vallejos, valoró los resultados del estudio, pues si bien se temía un impacto de los campos electromagnéticos en las abejas, no había información concluyente hasta ahora.

Con esta información, dijo, los apicultores podrán incorporar este factor al manejo de las colmenas, lo que ya es un trabajo delicado, pues "cada vez para los apicultores es más difícil mantenerlas", pues son muy sensibles a diferentes aspectos externos. Entre ellos, dijo Vallejos, está la sequía, porque a menos agua, menos flores y a menos flores, menos alimento para las abejas. Y si eso pasa, la abeja reina interpreta que hay que dejar de reproducirse y por lo tanto, tiene menos crías.

A ello se le suma que por el calentamiento global, a las abejas les cuesta captar el invierno y demoran su hibernación. Esto provoca que salgan y ocupen energía cuando no hay alimento, desgastando la fortaleza de sus comunidades para enfrentar el invierno.

Como las abejas de miel no son las únicas polinizadoras, la especialista consideró que sería interesante ampliar el estudio a las abejas nativas.

la cocina de don tinto para todos

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Alitas

Vivimos tiempos difíciles en los que a la hora de comprar productos para alimentarnos hay que mirar y pensar muy bien antes de elegir. Por lo mismo, en el caso de las carnes ya no es extraño que nos estemos inclinando por cortes más bien económicos. En el caso del vacuno la verdad es que casi no quedan cortes baratos, pero en el chancho y el pollo sí. Con el porcino ahora lo que la lleva es la pulpa por sobre el solomillo, las chuletas y el costillar. Y en el caso del pollo pareciera que llegó la hora de decirle chao a la pechuga y los tutos, para echar mano a menudencias como el contre o las panitas; aunque con el problema de que no a todos en casa les agradan estos productos. Afortunadamente las alitas de pollo siguen estando a buen precio y -detalle no menor- a todos les gustan. Se pueden consumir completas, aunque su último segmento suele ser puro cartílago. Por lo mismo, deshacerse de esa parte y quedarse con el "boomerang" de tuto de ala más ala puede ser una opción.

También está la alternativa de comprar directamente en la carnicería o supermercado solo los tutos de ala, que son como unas miniaturas del tuto largo original, que tienen una buena cantidad de carne y gustan a todos. Pero ojo, las alas no son muy recomendables para ser utilizadas en preparaciones tradicionales como pollo arvejado o cazuela. De hecho, lo mejor es hacerlas asadas al horno o parrilla, condimentadas con alguna salsa. Puede ser algo dulce, sobre todo si hay niños, o se puede jugar también con lo agridulce o lo derechamente picante, tal como se muestra en la receta a continuación.

Ingredientes

(Para cuatro personas)

- 1 kilo de tutos de alas de pollo

- 1 cebolla blanca pelada y cortada en cuartos

- 2 dientes de ajo pelados

- 1 ají cacho de cabra

- 2 ajíes verdes

- 1 taza de tomate triturado

- 1 cucharada de pimentón picante

- Sal, pimienta, aceite de oliva y vinagre de vino tinto

En una sartén grande calentar un poco de aceite de oliva y pochar ahí la cebolla con los ajos más una pizca de sal y pimienta hasta que esté todo dorado pero no quemado. A continuación agregar los ajíes verdes y revolver bien para que se mezcle todo. Una vez que los ajíes hayan tomado color retirar la sartén del fuego y verter todo su contenido en la jarra de una licuadora. Agregar el ají cacho de cabra, la cucharada de pimentón, el tomate triturado y un buen chorro de vinagre más otro de aceite. Procesar hasta obtener una salsa medianamente espesa. De ser necesario, agregar un poco de agua. Finalmente corregir de sal si fuese necesario y dejar reposar de un día para el otro en el refrigerador. Al día siguiente sacar del frío y verter la mitad de la salsa en un bowl. Pasar por ahí las alitas y luego ponerlas en una fuente para horno con el resto de la salsa del bowl encima. Dejar reposar media hora a temperatura ambiente y luego llevar al horno fuerte por cuarenta minutos o hasta que estén bien dorados los tutitos. De tanto en tanto irlos pintando con la salsa que nos hemos reservado. Llevar a la mesa con lo que haya sobrado de salsa por si alguien quiere untar.


Alitas con salsa picante

por Álvaro Peralta / @dontinto