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El "líder de la manada" de la lucha libre en Chile

Taylor Wolf es uno de los principales nombres de la escena local. Exseleccionado de judo y experto en artes marciales, cuenta su historia, cómo enseña la disciplina, su visión de las próximas figuras y cómo intenta profesionalizar el deporte.
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Jorge Reyes Patuelli

El líder de la manada. Así es presentado en los rings de lucha libre en Chile y en todo el mundo Taylor Wolf (32), luchador nacional que cuenta cómo es enseñar este deporte en su escuela ubicada en Nataniel Cox después de prácticamente formarse bajo la tutela de la lucha mexicana, una de las más importantes en todo el mundo. Además explica cómo busca profesionalizar este trabajo, siendo uno de los primeros en cobrar por su presencia en todos los eventos nacionales.

Bajo los aplausos y los gritos de los presentes en la nueva casa de la lucha libre chilena, en el Bar Las Tejas ubicado en San Diego, ingresa Taylor Wolf. "¡El líder de la manada!", grita el presentador mientras el nacido en Santiago baja desde el escenario de uno de los locales más reconocidos del centro de la capital.

"El palacio del terremoto", estaba escrito con letras rojas gigantes en una de las paredes al costado del ring en el que Wolf protagonizó su última pelea con Guanchulo, Pedro Pablo y John Sinner en el evento "La Lucha Regresa" con varios fanáticos alzando sus vasos con pipeño, granadina y helado de piña. La lucha libre nacional volvió con todo después de la pandemia.

Del judo a "atlas"

Wolf es exseleccionado nacional de judo con un paso por las artes marciales mixtas y el muay thai, incluso debutando en una lucha en jaula. También es técnico en refrigeración, algo en lo que se especializó antes de descubrir la que era su verdadera pasión.

Como la mayoría de los luchadores chilenos, Wolf quedó impactado viendo la WWE en la televisión. Y más aún cuando fue a ver un evento de la empresa en Chile el año 2009 con 19 años. "Ver a Triple H hizo que la pasión que le tenía a la lucha se transformara en una obsesión de poder intentarlo", cuenta. Años después bajo la tutela de la WWE, fue parte del tryout que la empresa norteamericana hizo en Sudamérica.

Así fue como nació "Atlas". El primer nombre de Wolf en el mundo del wrestling. Según el deportista "todo fue una serie de eventos desafortunados, llevaba seis meses entrenando, todo se le hacía más fácil gracias a la base de artes marciales mixtas que tenía acumulada en el cuerpo. Estaba tranquilo un día y una semana antes de un evento me dicen que se había bajado un luchador y me preguntaron si me sentía preparado. Dije que sí, pero no tenía no nombre ni ropa para luchar", explica.

Manos a la obra. Wolf al igual que en una película de superhéroes, se movió con amigos y su familia para en una semana y media tener listo un personaje y el traje. "Un compañero me prestó varias cosas y mi mamá me cosió otras", relata.

Pero faltaba el nombre. "Siempre me gustó ver las competiciones del hombre más fuerte del mundo, y en los comerciales mostraron el trofeo que mostraba a Atlas levantando el mundo. Ahí me puse Atlas", dice entre risas. "Fue una lucha de seis, no tuve que hacer mucho pero fue correcto para haber sido mi primera lucha. Me defendí bastante, cumplí con lo que tenía que hacer que era tapar el hoyo de alguien que no estaba", agrega.

Pero no fue fácil. Para llegar a su debut Wolf cuenta que con suerte entrenaba en un ring, lo que prácticamente era un lujo. "Nosotros poníamos neumáticos con tablas encima y unas alfombras", detalla.

México y el pago

Un año después viajó a México a aprender más de la lucha. En Chile había obtenido el premio luchador revelación y necesitaba aprender otras cosas. "Decidí ir con una experiencia casi nula, todo lo aprendí allá. Se abrió todo un mundo", dice.

Conoció a la "Dinastía Moreno", un grupo que según Wolf es de los más importantes al abrir la lucha en todo el mundo.Allá se quedó cerca de seis meses donde conoció luchadores como el "Último Guerrero" del Consejo Mundial de Lucha Libre.

"Regresé a Chile y volví cobrando por mi show. Eran unos míseros 10 mil pesos, pero era algo. En ese tiempo no se cobraba. Yo fui uno de los primeros en decir que había que pagar por nuestro trabajo. Aunque sea algo mínimo", destacó.

Su escuela

Ahora, toda esa experiencia intenta enseñársela a su "manada". En Nataniel Cox 1444, los miércoles, viernes y sábado, está Wolf en su escuela llamada CFAR (Centro de Formación de Alto Rendimiento).

"Están tomando todas estas ventajas que nosotros no tuvimos. De partida entrenan en un ring. Que para nosotros era un lujo", detalla. "Ellos no pasan por todas las pellejerías que pasamos nosotros", agrega.

Por lo mismo, ve un futuro prometedor para las nuevas promesas, pero con muchas cosas por mejorar. "La forma en que ellos luchan debutando es como cuando nosotros llevábamos tres años en esto. Luchan bonito, hacen cosas espectaculares, pero se olvidan de los personajes, de atraer gente", apunta.

¿Falta sentido del espectáculo?, Wolf cree que sí. "A los chicos les falta cómo hacer la lucha atractiva. Hay luchadores jóvenes con un personaje, pero en el ring hacen otra cosa y se visten de otra forma. La crítica es para ayudar y par que crezcan", cierra en base a su experiencia.