Una vez más pude darme cuenta que la Central Única de Trabajadores en Chile representa al sector de izquierda y digo esto en atención que cada año en que se celebra el Día del Trabajador se hace una marcha colorida de banderas de partidos de izquierda y ahora hasta de los mapuches y con música de conjuntos que se quedaron pegados en el pasado con música protesta. Un acto público donde ahora su presidente se dirigió a "sus trabajadores" con una pañoleta roja incitando con esa acción a la odiosidad y a la desunión de los "otros trabajadores" del país. Digo esto porque también hay trabajadores que no comparten las ideologías de izquierda y son, en consecuencia, de derecha que no participan de la marcha porque no se ven representados por los dirigentes de la CUT que paradójicamente siempre son comunistas o socialistas. Y hay otro segmento de trabajadores que solo les interesa "trabajar" para solventar sus gastos personales y de sus familias y para que crezca la economía del país y vivir civilizadamente, para lo cual se esforzaron en conseguir un empleo en la calidad profesional que fuere ya sea por experiencia en una actividad determinada o a través de estudios técnicos o universitarios y que tienen presente que los logros sociales debieran ser de responsabilidad del Estado conjuntamente con todas las promesas de campaña de los candidatos para la presidencia de los gobiernos de turno y que deben hacerlos realidad con los equipos ministeriales y el Parlamento, sin mirar color político pero sí el bien común de todos los chilenos.

Leopoldo Velásquez M.

Con ocasión de la visita de unos amigos uruguayos, me las di de guía y los llevé a pasear por mi puerto. Primera parada La Sebastiana, cerrada hace un año; segunda parada Museo Mirador Lukas, cerrado hace más de un año; tercera parada Muelle Prat, su buen paseo en lancha (pero la rabia particular por la pérdida del Santiaguillo, lo que es no saber lo que se tiene). Carta parada almuerzo en el JCruz "museo" con una buena chorrillana, pero de nuevo mi rabia particular porque no saben lo que tienen: de 7 habitaciones con invaluables recuerdos hay 3 convertidas en bodegas y se extiende mi rabia a esos sitios patrimoniales que atesoraban recuerdos de miles de viajeros que pasaron por nuestro puerto y que ya no existen, como Hamburg o El bar inglés por nombrar solo un par.

De retorno hicimos la ruta costera hasta Las Torpederas, paramos en algunos miradores, para qué seguir describiendo el estado de abandono y peligro de sus estructuras podridas o directamente faltantes.

La idea era bajar en ascensor desde el paseo Gervasoni, sin comentarios...

Alex Ruiz