Madre y su hijo de 9 años esperaron 12 horas por atención en UEI del Fricke
"Yo no sé si es la falta de médicos, de orden o espacio. De qué sirve un hospital moderno y nuevo si la atención es la misma", dijo Ana Zúñiga.
Hay un término que se ha hecho cada vez más frecuente y que se emplea especialmente para referirse a hechos delictuales: la normalización. Es decir, sentir que son normales situaciones que no lo son y que debieran hacernos reflexionar como sociedad.Se ha dicho sobre el uso de armas, las celebraciones con disparos y fuegos artificiales en algunas poblaciones e incluso la ocurrencia cada vez más frecuente de crímenes por encargo.
Pero si esta normalización es cuestionable en todo aspecto, también lo es en otro ámbito tanto o más sensible: la normalización en la mala e inoportuna atención de salud.
Le ocurrió esta semana a la mamá de Mark, un niño de 9 años que tras pasar cuatro días con fiebre y malestar general, optó por concurrir a la Unidad de Emergencia Infantil del nuevo Hospital Gustavo Fricke, donde estuvo 12 horas esperando para que atendieran a su hijo.
Su caso, sin duda no el único, permite tristemente graficar una situación que pese a los esfuerzos en inversión y del propio personal de salud, aún muestra deficiencias y fallas en el sistema de atención pública que deben ser atendidas.
"Nadie se preocupa de los niños que esperan tanto. Por último que saliera alguien para preguntar si necesitaba algo, agua ,comida, nada. Yo le decía a mi hijo que nos fuéramos pero él me decía que no, seguro se sentía fatal. Ya pasadas las horas le dije que lo llevaba mejor al Sapu pero otra mamá me dijo que ella venía de allá, que estaba saturado también y que en el mismo Sapu le dijeron que bajara a la urgencia del hospital por eso seguimos esperando. Nunca pensé que serían tantas horas", relata Ana Zúñiga.
Ante la falta de explicaciones que asegura ninguna persona del establecimiento fue capaz de proporcionarle, la madre habló con un enfermero quien le explicó que los tens estaban en "huelga de brazos caídos" y que en las salas de atención no era posible atender a dos niños juntos.
"Las explicaciones son bien cuestionables porque en la sala de espera había 5 niños sentados y los otros niños que eran respiratorios estaban esperando afuera. ¡Imagínense! Afuera de la urgencia. El mismo enfermero me dijo que están cansados de pedir una carpa blanca para la espera porque siempre es afuera con niños y guaguas enfermas", acotó Ana.
Pasada la medianoche ya del día 10 de mayo, Ana y su hijo, tras una atención que asegura no demoró cinco minutos, pudo irse a su casa.
"12 horas para que atendieran a mi hijo en 5 minutos, le pusieron un medicamento para bajar la fiebre y le tomaron exámen. Esperamos 2 horas el resultado y estamos. De qué sirve un hospital nuevo si la atención es la misma", acotó esta viñamarina.