Fonoaudióloga de profesión, joven, mujer y de pelo morado. Estas son algunas de las características que la nueva delegada presidencial de Valparaíso, Sofía González, consideradas poco convencionales respecto a lo que típicamente había representado el puesto en el pasado. "Llega la delegada a hablarnos de seguridad, y no, no cuadra. No estoy, efectivamente, dentro del imaginario", reconoce quien es apenas la segunda mujer en ser asignada como la máxima autoridad regional desde el retorno a la democracia.

Dice que su instalación no ha sido fácil debido precisamente a las cualidades que la diferencian del estereotipo de representante gubernamental: "Que es fonoaudióloga, que no tiene experiencia, que todas esas cosas, pero ante ello, yo creo que el ejemplo más claro es que (las administraciones anteriores) hablaron de los gobiernos de excelencia, se plantearon desde una cantidad de títulos y la verdad es que el gobierno de tanta excelencia, no fue tal". Las nuevas prácticas explica, dejan atrás las invididualidades para sentarse a dialogar: "Es un error pensar que la juventud viene a cambiar (el modelo). No sé si se trata de eso. Yo creo que la gracia está en cómo conversamos", analiza.

"Creemos que estas figuras que todo lo pueden, que todo lo saben y que todo lo resuelven son una forma de gobernabilidad que ya no tiene los resultados que esperábamos", asegura. La autoridad es crítica respecto a las formas de hacer política del pasado y agrega que "parece ser que el camino es otro. Tenemos la posibilidad de mirar y construir el país de una manera diferente". Donde otros ven una amenaza, González detecta una gran oportunidad: "Estamos en un momento en que se nos está invitando a mirar el ejercicio de poder de una forma mucho más colaborativa de lo que hemos estado acostumbrados, acostumbradas a tener", reflexiona.

Escuchar a los territorios

La profesional explica que la descentralización y la regionalización son vitales para el gobierno y considera que las políticas públicas "no deben venir solamente desde el nivel central hacia abajo, sino que deben emerger desde los territorios, para que sean mucho más efectivas y tengan sentido de realidad en cada una de las regiones". Esas diferencias, agrega, también deben ser recogidas a nivel local, "la necesidad y la desigualdad se viven distinto; por ejemplo en temas de seguridad, no es lo mismo Valparaíso, San Felipe o Hijuelas", detalla.

Uno de los casos con los que ejemplifica la importancia de generar diálogos en los territorios es, justamente, el tema de la seguridad pública. Si las organizaciones y policías no conversan "para identificar dónde está específicamente la necesidad de herramientas tecnológicas, los recursos se diluyen y se establecen en lugares donde no van a cumplir el rol que tienen", asevera.

Desde su perspectiva, las policías tienen un mayor conocimiento técnico sobre las zonas que requieren mayor luminosidad, cámaras de televigilancia u otros implementos y se debe complementar con la mirada de quienes habitan en la región. Agrega que el foco está en buscar soluciones transversales: "Ni el gobierno, ni la institucionalidad, ni la organización va a poder sola porque requerimos una mirada conjunta", expresa.

Plantea también que ser mujer le "permite poner sobre la mesa temas que antes no se hablaban o que no se les tomaba el peso de lo que significa para nosotras. Por ejemplo, el acoso callejero (…) No vamos a esperar que la cultura cambie. Vamos a tener que seguir instalando lo que hoy día es una necesidad", afirma.

El ocaso del delegado

González reafirma el interés del Presidente, Gabriel Boric, sobre acabar con la figura del delegado presidencial y traspasar sus facultades al gobernador, quien es electo democráticamente. La representante de la administración central dice que "no se trata solamente de transferir competencias, sino que también de trasladar los recursos que permitan llevarlas adelante".

El cargo tiene cuatro funciones principales: la representación del gobierno central en la región, el desarrollo de políticas de seguridad pública, la gestión de desastres y la coordinación de las seremis. La fonoaudióloga cree que es una labor compleja debido a su diversidad social y geográfica: "Son 38 comunas muy distintas, con algunas necesidades transversales, pero que también tienen una expresión muy particular de cada una de ellas por sus territorios, culturas e identidades". Pero es optimista ante los desafíos, "cuando hay voluntad política, sentido de realidad, y conocimiento del territorio, se busca siempre la forma de poder llevar adelante las políticas que van mejorar la calidad de vida de los vecinos y las vecinas", concluye.