'Chalet Picante' no dio más: alud lo dejó al borde del colapso
Un deslizamiento de tierra tiene en jaque a la icónica edificación de cerro Cordillera. A pesar del riesgo, su dueño sigue pernoctando en su interior.
Gian Franco Giovines - La Estrella de Valparaíso
Apesar de que las lluvias han sido bien recibidas en la región, aquellas buenas sensaciones no pueden estar más ajenas a la realidad de Luis Armando Barboza Brignardello.
El obrero de construcción, de 52 años, volvía la tarde del pasado martes a su hogar, tras una larga jornada de trabajo. Sin embargo, cuando regresó, a eso de las siete y media de la tarde, poco pudo reconocer de su casa: un deslizamiento de tierra ocasionado por las lluvias acabó con toda la parte trasera de la edificación de adobe, enterrando por completo su living y parte de los cuadros de su solitario residente.
Como si fuera poco, una tubería de agua se reventó con el deslizamiento, mojando todos los enseres del porteño.
"Cuando entré estaba trabada la puerta y todo lleno de agua, las cosas estaban todas en el suelo", cuenta el propietario.
Sin embargo, la de Luis no es cualquier casa. Su hogar corresponde nada menos que al célebre "Chalet Picante", una antigua y reconocida casona del cerro Cordillera que es catalogada como un símbolo de Valparaíso.
Su estructura de adobe, fachada recubierta y puertas torcidas, para muchos es una fiel representación de aquel lado pobre y humilde de Valparaíso que asoma entre las quebradas de sus cerros.
Está en peligro
Sin embargo, todo aquel simbolismo está cerca de desaparecer. Una de las vigas que sostiene a la casa fue arrasada por el deslizamiento de tierra; a duras penas la icónica edificación se mantiene en pie. "Aquí hay que poner urgentemente una gata, o se va a derrumbar toda la casa", alerta Luis Barboza.
Imposibilitado siquiera de acceder al segundo piso de su hogar, Luis se alojó durante un día con un amigo. No obstante, el porteño, en una acción más que temeraria, decidió volver y dormir en el primer piso de su casa, asumiendo el riesgo de que en cualquier momento todo pueda venirse abajo. "Todos me dicen que no me meta, pero alguien tiene que cuidar mi casa", dice el dueño.
Incluso Barboza reconoce que el último temblor de 5,4 grados Richter lo vivió estando en la damnificada construcción: "No le tengo miedo a nada", señala.
"es historia de valpo"
Pedro Urzúa, criado y nacido en el cerro Cordillera, se muestra preocupado por la situación de su amigo y de la icónica construcción: "El frente de adelante está bien, pero el de detrás está muy mal... El Chalet Picante es historia pura de Valparaíso, ojalá que venga alguien a arreglar todo esto, porque es un lugar simbólico. Se necesita una solución cuanto antes, porque en cualquier momento se cae todo", señala.
Esteban Zavala, amigo y vecino del afectado, comenta que "vinieron de la municipalidad unas cuatro personas, tomaron fotos con cámaras y drones, pero solo se ha hecho eso hasta el momento. Lo que se necesita aquí es ayuda, porque él (Luis) está sólo. El riesgo es muy alto, imagínese si estuviese viviendo una familia", señala.
Hoy, Luis Armando Barboza sigue durmiendo en su casa y pide ayuda a las autoridades: "Para ducharme y lavarme los dientes tengo que pedirle ayuda a los vecinos, pero para mí es incómodo molestarlos, necesito que me ayuden".
Ante la peligrosa situación que afecta al obrero porteño, La Estrella se contactó con la municipalidad de Valparaíso; sin embargo, hasta el cierre de esta nota no se recibió una versión oficial por parte de la casa consistorial.