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La electromovilidad del futuro

El Rayo visitó Brasil para conocer lo último en autos eléctricos. Mejoras para un mejor acceso a los compradores y prestaciones que salvan vidas, entre otras sorpresas.
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Por Juan Riquelme Díaz

Hace algunos días el estado de California, en Estados Unidos, anunció que la venta de vehículos a gasolina estará prohibida desde 2035, abriendo paso -de par en par- a los vehículos eléctricos, hoy por valores desde los $25 millones en el mercado chileno.

Su alto costo -y con ello lo complejo de financiarlos- son una de las principales barreras de entrada para este tipo de vehículos, justamente la tecnología hacia donde avanza el país pensando en 2035. De hecho, ya el Estado ha propiciado un sistema de transporte que se funda en buses eléctricos y compañías de transporte privado de personas, como Beat, también tienen funcionando una flota en Santiago solo con vehículos 100% eléctricos.

Pero falta mucho. Y si bien hay consenso en que el Estado podría subsidiar este tipo de cambio de tecnología y, a través de los impuestos, por ejemplo, o el pago de patentes, bajar el valor a los consumidores, grandes acciones concretas no hay.

En Chile existen más de 10 modelos de vehículos eléctricos y la lógica parece ser la misma. Vehículos con autonomía entre los 300 y los 500 kilómetros, con cargas que van desde los 50 minutos a las 16 horas, y una red de estaciones privadas de carga que cada vez aumenta más. El país, es líder en el cono sur en esta tecnología. Y eso quedó en evidencia en el Nissan Innovation Week, evento que reunió a líderes globales de la firma japonesa.

Desafío futuro

A mayo de 2022, según cifras de la Asociación Nacional Automotriz de Chile (ANAC), la venta de vehículos eléctricos ha sido superior en 241% comparado al mismo periodo del año pasado. Además, por primera vez, en 2022, se están sumando más buses eléctricos que a diésel para el transporte en Chile. El 2023 habrá más de 1.700 buses eléctricos en Santiago, y varias regiones están realizando licitaciones para sus flotas de buses eléctricos.

La cifra llama la atención del cono. En Chile, la firma Nissan lidera el trabajo conjunto con actores públicos, privados y académicos, justamente para poder llevar más allá el concepto del auto eléctrico. Es que si bien los vehículos tienen un fin inicial de trasladar personas de un punto a otro, también tienen un valor agregado.

Por ejemplo, ¿sabía usted que un auto eléctrico podría entregar electricidad para que una casa funcione sin problemas durante cuatro días? Pues eso podría hacer el Nissan Leaf, vehículo que está en el mercado y a la venta, por ejemplo, en Viña del Mar. Francisco Medina, gerente senior de vehículo eléctricos y posventa de la firma japonesa, es tal vez uno de los más conoce del tema.

El auto eléctrico tiene tecnología para desplazarse, confort y también baterías, el corazón del producto y la razón por la que el precio es elevado. Pero esa batería no solo puede usarse en el vehículo, sino que también -de manera inversa- puede resultar un soporte importante de entrega de energía.

Medina lo ejemplifica con cuestiones del primer mundo. En Amsterdam el estadio funciona con baterías. Es decir, en momentos en que el consumo baja, el recinto deportivo carga las baterías y cuando hay un partido o un espectáculo, no quita energía de la red del sector, sino que usa las baterías.

Aunque el volumen es distinto, uno podría -cuenta con detalle- poder suministrar energía para hacer funcionar durante cuatro días una casa. ¿Increíble? No. En Sao Paulo, por ejemplo, conectaron un vehículo para hacer un funcionar por completo una cafetería. Hay acá un pero: en Chile aún no existe una normativa para regular esta entrega de energía y, aunque la tecnología está disponible, no se podría instalar el equipamiento para transformar la energía que emite el vehículo, en la que pueda recibir una casa o un carrito de ventas o incluso, una estación de emergencias para reaccionar en casa de emergencia.

Sí, tal como lo lee. En caso de una emergencia, terremoto, incendio u inundación, bastaría con un auto eléctrico para poder levantar toda una central de energía capaz de iluminar, hacer funcionar equipos y sobrevivir durante varios días.

Volvamos a los autos

En materia de autos eléctricos el mercado por ahora espera señales de rebajas que vengan del Estado, para así estimular la compra. Los precios, no bajarán mucho dado el alto costo de las baterías, pero si se acompaña de medidas de subsidio, puede resultar ser una opción para los usuarios.

Otra apuesta es el arribo a Chile durante este año de la tecnología e-power. Agrega Medina, que también es director y cofundador de la Agrupación de Movilidad Eléctrica en Chile, que esta tecnología permitirá probablemente, bajar un poco el valor de los actuales vehículos que son 100% eléctricos. Lo que sí va a cambiar, será el modelo de funcionamiento, y que debería significar una mayor rapidez en la adopción de la tecnología.

Aunque aún está en la mente de muchos el fracaso del cambio de vehículos bencineros a gas de hace algunos años, y la experiencia híbrida de taxistas en España que olvidaban cargar de energía eléctricas sus autos y solo usaban bencina, Medina plantea que acá todo será distinto.

¿La razón? La tecnología ePower utiliza el combustible como un motor de combustión interna con alto nivel de eficiencia que cargará las baterías eléctricas, y serán estas baterías eléctricas las que permitirán que el vehículo se pueda desplazar y funcionara. De esta forma, los vehículo no necesitarán conectarse a electrolineras y tendrán una independencia mayor.