Una sola gota

La historia de Elizabeth Holmes debe ser una de las más fascinantes versiones del clásico "fake it till you make it" gringo. O sea, "finge hasta que lo logres", una frase que se ocupa mucho en el mundo de los negocios, particularmente entre los emprendedores, quienes deben prometer que tienen entre sus manos una idea que cambiará al mundo a fin de conseguir dinero de los inversionistas.

En el caso de Elizabeth Holmes, su idea dorada fue la siguiente: crear una máquina, a la que llamó Edison, no más grande que una impresora de casa, que con tan solo una gota de sangre sería capaz de realizar decenas y decenas de exámenes médicos, sin necesidad de pincharse ni ir a un laboratorio.

Suena bien, ¿no? Pero su invento no era más que una idea y, durante años, Elizabeth Holmes recaudó cientos de millones de dólares de inversionistas, a los que engañó a sabiendas de que su invento simplemente no resultaba.

Hoy Elizabeth Holmes, condenada por diversos cargos de fraude, espera sentencia y se arriesga a pasar hasta veinte años en la cárcel.

Su historia, recogida primera en un extraordinario podcast (disponible en Spotify, aunque solo en inglés), llega ahora al streaming en "The dropout".

La serie explora el lado humano del personaje y sus relaciones interpersonales, tal vez dejando de lado algunos importantes detalles del complejo engaño organizado por Holmes. No obstante, resulta igualmente interesante ver cómo una persona es capaz de hundirse en una tan enmarañada red de engaños, lo que incluye engañarse a sí misma.

La serie reconstruye la vida de esta joven mujer que, cuando aún no tenía 30 años, ya era la estrella más famosa y querida de las "star ups" de Palo Alto, en California. Acaparaba portadas y entrevistas en programas de TV, y se empeñó en ser la sucesora de Steve Jobs, incluso utilizando los clásicos cuellos de tortuga negros del fundador de Apple. Pero, en realidad, Elizabeth no era más que una joven ambiciosa, presionada por el exitismo de sus padres, que tenía más ganas que talento.

En la serie vemos cómo abandona la universidad de Stanford para armar su emprendimiento, sin siquiera tener los conocimientos mínimos necesarios. Luego transforma su imagen de chica ñoña a mujer poderosa y logra convencer a importantes personalidades de la sociedad americana para que inviertan y respalden su compañía, Theranos. Pero dentro del laboratorio todo funciona mal: el invento no funciona, abunda el secretismo y un estado policial, y el engaño y la falta de ética se convierten en la forma de operar.

Una interesante mirada a un fenómeno que se repite más de lo que uno cree en Estados Unidos, donde la competencia por "darle el palo al gato" puede cegar a respetados inversionistas.