Maestros de la Generación del 13 desembarcan en el museo Baburizza
Son 25 obras de la que es considerada la primera generación de la pintura chilena. La muestra, que visita Valparaíso en el marco de los diez años de la reapertura del Bellas Artes porteño, forma parte de la Pinacoteca de la U. de Concepción, que posee la más valiosa colección de los artistas de este momento histórico.
La escena muestra a un grupo de personas, probablemente campesinos, al interior de una habitación semi oscura. Al fondo, la luz se concentra sobre una pequeña figura vestida de blanco y rodeada de velas, ubicada sobre una mesa. Es un "angelito", es decir, un niño fallecido a tierna edad, que está siendo velado como se hacía antaño en el campo chileno. En primer plano, una mujer rasga melancólicamente una guitarra, mientras otra se lamenta desplomada sobre una silla. Un hombre sirve vino de una damajuana y, a un costado, una mujer bebe mate, mientras dos vecinas conversan junto al cuerpo. Es "El velorio del angelito", del maestro Arturo Gordon, una de las obras más célebres de la pintura chilena y sin duda cumbre de la llamada Generación del 13, que reúne a artistas como Pedro Luna, Exequiel Plaza, Carlos Isamitt y más.
Esta obra -que es la pintura final de Gordon, pues un boceto de ella se encuentra en el Museo Nacional de Bellas Artes- forma parte de la muestra "Generación del 13", recientemente inaugurada en el Museo Municipal de Bellas Artes de Valparaíso, con motivo de la celebración de los diez años de su reapertura.
La exposición, compuesta por 35 obras, forma parte de la valiosa colección de la Pinacoteca de la Universidad de Concepción, que alberga el catálogo más completo de obras y maestro de la Generación del 13.
Además del célebre "El velorio del angelito", en la muestra se pueden apreciar otras obras destacadas, como "Los borrachos", del mismo Arturo Gordon; "Bautizo araucano" y "La vuelta del trabajo", de Pedro Luna; "Escena en un carro de tercera", de Exequiel Plaza; y "Muelle fiscal de Valparaíso", de Alfredo Lobos. Junto a paisajes y escenas costumbristas, se exhiben también numerosos retratos y autorretratos.
La muestra estará abierta a público hasta el 23 de octubre, con entrada gratuita, en la sala de exposiciones temporales.
Una generación
Samuel Quiroga, profesor de Artes Plásticas y doctor en Historia del Arte, es desde este año el curador de la Pinacoteca de la Universidad de Concepción y destaca la relevancia de la Generación del 13 dentro del inmenso patrimonio pictórico de la institución, que abarca unas 1.800 obras.
"Esta es una de las primeras colecciones que se adquiere y tiene importancia dentro de la Pinacoteca porque es casi un tercio de la colección que manejamos", explica Quiroga.
En específico, se trata de 503 obras de la Generación del 13 que están en la Pinacoteca, gracias a la gestión realizada por Oscar Tole Peralta, director de la Pinacoteca entre 1958 y 1980, quien adquirió esto valioso patrimonio al coleccionista Julio Vásquez Cortés en 1958.
"Esta es la colección más importante reunida de esta generación, en cantidad por un lado, y también porque están todos los artistas presentes (24). El coleccionista Julio Vásquez Cortés tuvo el buen ojo, la sensibilidad y la oportunidad de adquirir piezas claves de esa generación, por ejemplo. 'El velorio del angelito', que es una de las más representativas", apunta Quiroga.
Un colectivo
-¿Cuál es la relevancia de la Generación del 13 en la historia de la pintura chilena?
-La Generación del 13 es la primera generación de artistas; anteriormente hubo muchos artistas, pero no en términos de una generación, como un colectivo. En ese sentido, este es el primer colectivo de artistas que aparece en la escena nacional. Por otra parte, también es el primer grupo que ingresa a la academia; en ese entonces era la escuela de Bellas Artes y la Generación del 13 son los primeros artistas que ingresan a la academia y que vienen la clase media y clase media pobre incluso. Anteriormente los artistas que iban a estudiar a la academia, en el siglo XIX, venían de sectores medio y altos, nos hablan de una cierta elite económica y social; en cambio, en la Generación del 13 eso no pasa y ese origen va a marcar también el destino de ellos como artistas.
En cuanto a la pintura, Quiroga resalta otro hecho: "Hay otra circunstancia coyuntural importante, y que en 1908 había sido contratado (al artista español) Fernando Álvarez Sotomayor como profesor de la Escuela de Bellas Artes y posteriormente director. Era un artista importante en ese entonces y, de hecho, cuando él deja la academia en Chile fue porque lo nombraron director del Museo del Prado en España. Álvarez Sotomayor tuvo una importancia como referente para todo este grupo; anteriormente el paradigma y las ideas artísticas que más se manejaban y adherían los pintores en Chile, desde la formación, eran de la pintura francesa. Con Álvarez Sotomayor cambia es paradigma hacia la Academia (de Bellas Artes) de San Fernando y la pintura española, ya sea en la temática como en la forma de trabajar, evidenciando un cambio respecto de los artistas anteriores".
"Paisajes, escenas costumbristas y retratos y autorretratos son los temas que más trabajan estos artistas, y el modo de solucionarlo es a través de la corriente luminista de pintores como Soroya, o todo ese tenebrismo goyesco, que podemos ver en Gordon, que es un muy buen ejemplo", añade Quiroga.
Marcela Küpfer
marcela.kupfer@estrellavalpo.cl