Según las nuevas medidas sanitarias, a partir del 1º de octubre no será obligación usar mascarilla...

Teniendo muy en cuenta, y así lo dijo la ministra de salud, Ximena Aguilera, que la pandemia no ha terminado, o sea que el virus sigue "vivito y coleando" entre nosotros, y tal vez para siempre, se deduce que el uso de la mascarilla en sitios cerrados, ascensores, microbuses, metro, taxi colectivo, locales comerciales, mall, cines, etcétera, quedará a voluntad, a criterio de los ciudadanos...

Ver a un chofer de un taxi colectivo, en plena vigencia del uso obligado de la mascarilla, al borde de recibir un par de combos, si es que no coloca su brazo, porque le pidió a un pasajero que subía, que se colocara la mascarilla, por lo que, no hay que estar en el MINSAL, ni ser Mandrake el Mago, para imaginarse, lo que va ocurrir, cuando a partir del 1º de octubre, todo dependa de la voluntad de cada chilena y de cada chileno, para poder seguir cuidándonos...

Un guiño al Gurú Bonvallet, que de seguro ante esta situación, nos diría...

¡O sea chilenos, estamos pedidos!

Luis Enrique Soler Milla

El martes 20 de septiembre nuestra madre sufrió una caída en calle 1 Oriente, entre 12 y 11 Norte en Viña del Mar, oportunidad en que fue auxiliada por un acomodador de autos del sector y un joven que se trasladaba en un vehículo. También se sumaron a la ayuda y contención, trabajadores y dueños del restorán La Casona, que tomaron contacto con nosotros, la atendieron y acompañaron hasta nuestra llegada, brindándole las primeras atenciones y palabras de sosiego. Agradecemos infinitamente a todas estas personas de buen corazón que nos hacen reconciliarnos con la humanidad y nos devuelven la esperanza en un mundo más solidario. Nuestra madre - ella tiene 76 años - resultó con una compleja luxación de su hombro y se encuentra en reposo. Agradecemos publicar esta carta de gratitud porque habitualmente se suele destacar lo negativo, sin embargo en esta ocasión, queremos agradecer y valorar estos actos anónimos de solidaridad y empatía que parecen haberse vuelto la excepción.

Familia Barrera Llanos

Hace sólo unos días me tocó presenciar en la calle un episodio repudiable y muy descontextualizado para un Chile que creemos ha avanzado en estos aspectos. Un hombre de aproximadamente 30 años mantenía arrinconada a una mujer de edad similar, que entre asustada y avergonzada intentaba disimular el "espectáculo" que, aparentemente su pareja, daba a vista y paciencia de transeúntes. El sujeto no sólo la mantenía acorralada sino que además, en tono amenzante, le profería insultos y descalificaciones. Sentí mucha impotencia y también vergüenza de no hacer nada, al igual que la casi decena de personas que a esa hora esperaban locomoción colectiva a pocos metros. Quise intervenir pero el miedo me paralizó. Me asustó que el hombre estuviera armado o reaccionara aún con más violencia. Quiero pensar que al resto de los que presenciaban el hecho les pasó lo mismo. Aún pienso que entre todos debimos hacer algo y no esperar que algo peor, que afortunadamente no ocurrió, se desencadenara.

Sandra Salgado