Cada 2 de octubre celebramos en Chile el Día del Tecnólogo/a Médico/a. Para la mayoría, el quehacer de este profesional no resulta del todo conocido debido a que, entre otras cosas, gran parte de ellos no trabaja directamente con personas, por lo que no se aprecia en su real magnitud la importante labor que realiza en las distintas áreas en que se desenvuelve.

Estos son profesionales que integran los equipos de salud y colaboran con el diagnóstico clínico, a través del procesamiento y análisis de exámenes médicos o procedimientos, y en el seguimiento y tratamiento de algunas patologías. Dentro de las actividades que desarrollan se encuentran las asistenciales, que permiten a las personas recuperar su salud de forma eficaz y oportuna, además de las académicas, de investigación y extensión a la comunidad.

Esto hace que el permanente desafío sea visibilizar nuestra labor y fortalecer la formación integral de los nuevos profesionales, que con el tiempo reemplazarán a los actuales tecnólogos médicos.

Esta es una profesión clave para cualquier recinto de salud, cuya importancia ha sido evidenciada en los últimos dos años al enfrentar la pandemia COVID-19. Los tecnólogos médicos cumplieron y seguirán cumpliendo una función muy relevante en el diagnóstico y seguimiento de esta patología, que ha sido clave para combatirla.

En Chile, esta profesión tiene sus inicios en 1948, cuando se crea la Escuela Técnica y Administración Hospitalaria. En 1960, la escuela sería traspasada a la Universidad de Chile, dando inicio con esto a la primera Escuela de Tecnología Médica. Si bien estos profesionales abarcan un sin número de actividades, hoy los estudiantes egresan con el grado de licenciado y el título de Tecnólogo/a Medico/a con una de las cinco menciones: Laboratorio Clínico, Hematología y Banco de Sangre, Morfofisiopatología y Citodiagnóstico, Oftalmología y Optometría, Imagenología, Radiología, Física Médica y Otorrinolaringología. En Chile esta carrera es exclusivamente universitaria y se imparte en 22 casas de estudios.

Las necesidades de nuevos conocimientos frente a los desafíos de la Medicina, la generación de nueva información y avances tecnológicos hacen que la evolución profesional adquiera un ritmo de permanente estudio y actualización. Es por esto que cada centro de Educación Superior realiza los esfuerzos necesarios para lograr una formación educativa de alto nivel en sus estudiantes, centrada en adquirir el conocimiento científico y la autonomía necesaria para un buen desempeño en el área profesional, y enfatiza algunos elementos distintivos.

Como tecnóloga médica y docente universitaria, para mí es un agrado saludar, reconocer y destacar la labor que realizan nuestros colegas en los distintos ámbitos de su quehacer, así como también reconocer a quienes nos dieron identidad, antecesores, profesores y a todos quienes han hecho de esta profesión un gran aporte a nuestra sociedad.

Paulina Lara S.

Docente carrera Tecnología Médica

Universidad Santo Tomás

sede Viña del Mar